Vivos

NOFX – WiZink Center (Madrid)

Si hay una banda que no suelo escuchar actualmente en casa pero iría a ver en directo cada vez que pudiera esa es NOFX. Los californianos, emblemas del punk como actitud, tocaron anoche –a priori- por última vez en nuestro país y cercioraron, por si alguien a estas alturas no lo tenía claro, que su irreverencia, su talento para mostrarla y su carisma se antoja irrepetible.

Se ha hartado el bueno de Fat Mike de insistir en la importancia del público en estas cuatro décadas de trayectoria y razón no le falta. Asistir a un concierto de NOFX es asistir a una liturgia onanista, donde solo importa el momento. Sabes que vas a acabar sudado, magullado, bañado en cerveza, besado, pisoteado, requetepisoteado y que todo ello lo vas a hacer con una sonrisa de oreja a oreja.

30 canciones en poco más de hora y media, y porque Mike y los suyos estuvieron menos habladores que de costumbre. Unas cuantas pullas a sus coetáneos The Offpsring y Green Day, ritual habitual en sus shows, a la iglesia, a dios y a Israel, y un bolo trepidante. Bajo la consigna “Three in a row, like Ramones”, que llegaron a ser cinco, seis y hasta siete seguidas. Sería una lástima no volver a verlos más, pues en forma aún están y siguen transmitiendo toda esa euforia maravillosamente caótica que siempre ha envuelto a una banda destinada a ser recordada para siempre.

Bien es cierto que, como ya me sucedió cuando los vi el año pasado en Barcelona, en su –a priori-última vez en España, un show punk de más de noventa minutos se me antoja un poco denso, no tanto por la calidad como sí por el efecto. Si surfear una gran ola es divertido es porque la sensación extasiada es corta pero intensa. Surfear la gran ola durante 10 minutos sería un puto coñazo. Sin embargo, la ocasión lo merecía. Y traerse a Circle Jerks de teloneros para ello, también. Repaso a toda su carrera, donde iniciaron con la versión de “Riff Raff” y donde no faltaron los grandes hits como “Linoleum”, “The Separation of Church and Skate” o “Six Years on Dope”, aunque, para este que escribe, los mejores temas son los que El Hefe saca la trompeta, como “All Outta Angst” y los ska como “Eat the Meek”.

“The Decline” para acabar de la mejor manera posible y hasta aquí –a priori- la historia de una de las bandas más auténticas de la historia de la música, algo que se valora por la comunión maravillosa que tiene con su entregado público. “Vamos a tocar la última canción” dijo Fat Mike antes de disponerse a hacer su último “six in a row”. Quizá hagan lo mismo con su –a priori- último show.

Texto: Borja Morais

Fotos: Salomé Sagüillo

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda