Encuentros

Cock Sparrer, «es maravilloso que la violencia haya desaparecido»

Cuando quedan apenas unos días para que estos veteranos del punk se vuelvan a subir al escenario del festival Mondra & Roll (5 y 6 de julio en el Monterron Parkea de Arrasate), nos citamos con Colin McFaull y Daryl Smith para hablar de su flamante nuevo disco, que será el último de su carrera, del medio siglo de historia que llevan a sus espaldas y de muchas cosas más.

Descubrimos también que Colin es el único que sigue viviendo en la actualidad en el East End porque “todos los demás se han ido alejando cada vez más de Londres”, pero eso no ha influido para que sigan siendo una familia tan unida como lo era 52 años atrás. Y esto hay que celebrarlo con el puño en alto y entonando el clásico Oi! Oi! Oi!.

La última vez que coincidimos fue en el Gasteiz Calling de 2016. Ahora os toca volver al País Vasco, aunque en esta ocasión la cita será en Mondragón, donde ya estuvisteis hace un par de años.

Daryl: ¡Me acuerdo muy bien de ese Mondra&Roll! Fue una experiencia muy rara para nosotros porque nuestro bajista estaba enfermo y, generalmente, cuando eso pasa optamos por no tocar. Pero fue algo que ocurrió en el último momento y no queríamos defraudar a todos aquellos que habían comprado sus entradas y organizado sus vuelos, hoteles,… Así que le pedimos a JJ Pearce de Cockney Rejects que se subiese al escenario con nosotros solo para aquel concierto. De manera que esta será la primera vez que toquemos con la alineación de Cock Sparrer al completo.

 

Espero que se supiera todas vuestras canciones.

Daryl: Claro, ten en cuenta que ha crecido escuchando nuestros discos, y además aprende rápido. En realidad se sabía las canciones mejor que (Steve) Burgess, y esto puedes ponerlo en tu revista (risas).

La historia de Cock Sparrer arranca en 1972 pero tenemos que ir hasta 1982 para encontrarnos con Shock Troops. ¿Recuerdas lo que hicisteis durante esos diez años?

Colin: Básicamente, estuvimos aprendiendo el oficio. Recuerdo que probamos con diferentes formatos mientras estábamos en el colegio, pero en realidad no hicimos nada diferente a lo que hace cualquier grupo que está empezando. En aquellos años estuvimos trabajando para construirnos una reputación a nivel local, tocando gratis para los chicos de los centros juveniles, intentando encontrar una novia,… ¡Y fracasamos con todo ello! (Risas) En resumen, creo que todo aquello nos llevó su tiempo porque no era algo que nos preocupase en aquel momento, no nos habíamos puesto una fecha límite. Solo pensábamos en divertirnos mientras tocábamos algunas canciones, en poder hacernos con el último single de David Bowie para poder tocarlo en el próximo concierto y ese tipo de cosas.

Daryl: A mí siempre me gusta decir que ha habido tres épocas diferentes en Cock Sparrer. La banda del colegio de principios de los 70; el grupo de punk que arrancó en 1977 y cuyas primeras grabaciones salieron en países como España a través del sello Decca (aunque curiosamente no hay rastro de aquellas grabaciones originales en Inglaterra); y aquellos mismos cuatro chicos que grabaron Shock Troops en los años 80, que es lo que conoce la mayoría de la gente. Luego ya en los 90 aparecerían un montón de bandas que nos señalaban como una de sus principales influencias. De hecho, en aquella época yo tocaba en una que solía hacer versiones de Cock Sparrer, aluciné cuando me dijeron que nadie iba a sus conciertos en los 80. ¡Y poco después me terminé uniendo a ellos! (Risas).

Veo que te has aprendido bien la lección. ¿Sigues trabajando en ese libro para el que has estado recopilando material durante años?

Daryl: Sí, quería haberlo publicado coincidiendo con el 50 aniversario, porque me parecía el momento perfecto. Pero luego me di cuenta de que el libro que publicó nuestro batería (Steve Bruce) hace unos años, que se llama The Best Seat in the House, quedó rápidamente desactualizado porque seguimos en activo. Nos dimos cuenta de que no había ninguna mención de cuando fuimos a Estados Unidos o de algún otro concierto importante para nosotros, así que decidí que lo mejor sería publicarlo cuando vayamos a parar de verdad. Quiero que sea algo así como “La historia completa de Cock Sparrer”. Pero sí, aún estoy trabajando en ello, tengo la casa llena de cajas repletas de flyers, pases de backstage,…

Volviendo a vuestros orígenes, ¿cómo ha cambiado la industria en estos últimos 50 años? ¿Alguno de esos cambios ha sido para mejor?

Daryl: Como en casi todo, creo que ha habido cambios para mejor y otros para peor. Hace décadas solo había unos pocos sellos discográficos, por lo que era muy complicado dar a conocer tu música. Todo estaba controlado por unas pocas grandes empresas que eran tus dueñas, controlaban todo lo que hacías y así era muy difícil ser independiente. Luego llegó el punk y todo eso cambió un poco, pero seguía siendo muy difícil. Ahora las redes sociales han hecho que todo sea mucho más fácil, ya no es necesario depender de los grandes sellos, ni de la radio, ni de la televisión. Puedes hacer muchas cosas por ti mismo, conseguir que tu música llegue a la gente y comunicarte con tus fans, eso es maravilloso. Ten en cuenta que nosotros hacíamos todo el booking de los conciertos desde una cabina teléfonica, echando monedas y hablando con cada uno de los promotores.

Ahora todo es mucho más sencillo gracias a la comunicación, pero toda esa tecnología también tiene una parte realmente mala. Las redes sociales también pueden ser algo muy tóxico porque está lleno de gente que propaga su odio y no deja de quejarse por un montón de cosas. A esto tienes que añadir que las bandas no cobran por las descargas o los streamings, que los discos nos siguen costando lo mismo de antes, que el chico del estudio también quiere cobrar por su trabajo porque tiene que pagar el alquiler y la luz, que tienes comprar una guitarra, cuerdas,… Y cuando por fin consigues publicar tu canción, resulta que no te pagan porque es parte de la promoción.

Colin: En realidad, es como si se hubiera cerrado el círculo. Antes hemos estado hablando de lo lo genial que fue la aparición del punk, cuando todo se volvió independiente, el DIY y todo eso. Porque podías hacer un montón de cosas por ti mismo, desde arrancar tu propia revista a cualquier otra cosa que se te ocurriera. Y esa libertad fue algo fantástico y emocionante para todos los que lo vivimos porque además nadie criticaba lo que hacías, era todo muy diferente. Ahora, en cambio, estamos todo el rato pensando que debería haber alguien en algún lugar capaz de controlar todo lo que pasa en las redes sociales. Porque si yo estuviera en una banda que está empezando y leyera todos esos mensajes que la gente publica… Una banda que está empezando jamás debería tener que pasar por eso. No tienen por qué convivir con los pensamientos de alguien a quien no conocen de nada, es necesario que haya algún tipo de control sobre ese tipo de cosas.

Parece que pesan más las cosas negativas que las positivas…

Daryl: No te creas, también opino que ha habido un cambio muy positivo dentro de la escena punk-rock: los problemas y la violencia han desaparecido. Los que forman parte del movimiento ahora mismo son gente que ama la música, y están ahí porque les apasiona la música. Para ellos es una forma de vida. Me parece maravilloso que ahora puedan tocar en un mismo festival bandas de hardcore o anarquistas junto a grupos de psychobilly o de ska. En los años 80 en Reino Unido eso era impensable porque habría problemas todo el rato. Aunque todas las bandas del cartel fueran de Oi!, si estabas tocando en el norte de Inglaterra iba a haber peleas si venías del sur. Todo eso ha desaparecido. Ahora la gente viene a disfrutar de la música, a tomar unas cervezas y a pasarlo bien, es una buena noticia que ya nadie salga herido de un concierto.

Siempre se ha dicho que sois los padres del Oi! y el street-punk. En caso de que así sea, ¿para qué vale eso exactamente? ¿Os da derecho a algo?

Colin: No creo que valga para mucho, la verdad. En lo que a nosotros respecta, las personas pueden etiquetarse a sí mismas como mejor les parezca, pero a mí todo eso me da igual. Yo distingo entre las canciones que me gustan y las que no me gustan, pero nunca me han gustado las etiquetas. Ha habido muchas personas que me han dicho que fuimos los padrinos de esto o los precursores de aquello otro, pero para lo único que vale eso es para hacernos sentir mayores (risas). Porque eso significa que estábamos ahí al principio y que seguimos haciéndolo ahora. Así que les damos las gracias y lo dejamos estar.

Daryl: En realidad, es algo muy curioso, porque Cock Sparrer existían antes que el punk y en el momento en el que surgió el Oi! no estaban tocando. Pero Garry Bushell (periodista de la revista Sounds) los incluyó dentro de un recopilatorio de Oi! que estaba lleno de bandas de punk-rock. Por ejemplo, Angelic Upstarts o Cockney Rejects jamás se consideraron bandas de Oi!, lo que pasaba es que eran diferentes a The Clash y otras bandas de punk de la escuela de arte. Pero nosotros nunca hemos dicho que seamos Oi! o street-punk, ni siquiera punk, es lo que otras personas han dicho de nosotros.

Ya que estamos hablando de géneros, ¿cómo es posible que compartido escenario con bandas tan dispares como The Small Faces o Motorhead? ¿Alguna otra que podamos añadir a la lista de bandas raras con las que habéis tocado?

Colin: Al principio, para promocionarnos, fuimos teloneros de todo tipo de bandas. No salíamos de gira con ellos pero sí que es cierto que hemos tocado con bandas increíbles como Slade, Thin Lizzy,… Decíamos que sí a todo lo que nos proponían, lo veíamos como una buena oportunidad para dar a conocer las diez u once canciones que teníamos, esperando que pudieran gustarle a alguien entre el público y deseando que los promotores siguieran llamándonos. También hubo conciertos a los que no vino nadie a vernos. No hablo de una o dos personas, me refiero a nadie. ¡Y aun así tocamos! (Risas) Luego el promotor nos dijo que no tenía dinero para pagarnos.

Daryl: Yo no estaba en los 70, pero sí puedo decir que en estos años hemos tocado con todo tipo de bandas, a mí personalmente me gusta que haya mezcla de estilos. Hemos compartido escenario con bandas de hardcore, como Agnostic Front, Sick of it All o Wisdom in Chains, pero también con grupos de ska como The Bar Stool Preachers o The Interrupters, y punks como UK Subs. No nos importa que el resto de bandas no suenen como Cock Sparrer, cuando salimos al escenario ese es nuestro momento y nos da igual lo que pase antes y después.

Hablemos de Hand on Heart, vuestro nuevo disco. ¿Será realmente el último?

Colin: Sí, estamos diciendo que será el último, pero eso no quiere decir que no vayamos a seguir escribiendo nuevas canciones. Lo que pasa es que irán viendo la luz de otra manera, a través singles, EPs,… Lo que pasa es que ya no volveremos a entrar en ese proceso de composición, grabación, mezcla, masterización y todo lo demás que implica el lanzamiento de un nuevo disco.

Daryl: ¡Exacto! Será nuestro último disco pero no nuestra última grabación.

Seguís tocando en directo “England belongs to me”. ¿Sentís algo diferente al cantarla hoy o no ha cambiado nada para vosotros?

Colin: Creo que lo bonito de tocarla es que cada persona se relaciona con ella y la siente de una manera diferente. Es justamente de eso de lo que habla la canción, de nuestro punto de vista cuando la escribimos, de lo que sentíamos por dentro y de aquello en lo que creíamos. Pero lo más alucinante es ver desde el escenario cómo la canta gente del País Vasco, de Suecia o de Europa del Este, eso es lo más relevante. No tiene por qué tener ninguna connotación política, se trata simplemente de estar orgullosos de nuestro hogar, vivas donde vivas.

Daryl: Lo mejor de las canciones de Cock Sparrer es que cada persona puede interpretarlas de una manera distinta. Nunca le hemos dicho a nadie de qué trata cualquiera de nuestras canciones, porque significará algo diferente para ti. Para mí, cuando era niño, “England belongs to me” ni siquiera tenía nada que ver con el orgullo hacia mi país o con el lugar al que pertenezco, para mí siempre significó que el país pertenece al pueblo, no al gobierno. Era una forma de decirle a los políticos que no son tan buenos como nosotros, por eso le pertenece a la gente. Somos nosotros quienes luchamos en las guerras, conducimos los autobuses, limpiamos las calles,… Así que para mí fue siempre algo que hablaba de la clase trabajadora, pero para otro puede significar otra cosa. Nosotros lo único que hemos hecho, y seguimos haciendo, es cantarlo desde el corazón, y dejar que la gente decida lo que significa para ellos.

¿Qué es lo que os lleva a querer entrar al estudio y tener ganas de salir de gira después de 52 años de carrera? Sois un ejemplo para muchos.

Colin: Lo seguimos haciendo porque todavía lo disfrutamos mucho. Disfrutamos de la compañía del otro, de estar tocando delante de la gente, de escucharles cantar nuestras canciones desde el escenario,… Es muy bonito tener la capacidad de poder proporcionarle a alguien una buena noche de fiesta. Nunca he entendido a las bandas que hacen todo esto cuando realmente no les apetece, nosotros nunca lo haríamos. Hoy en día, una vez ha terminado el concierto, a los diez minutos nos puedes seguir encontrando en el bar que siga abierto junto a la gente que compró las entradas. Así que, mientras sigamos disfrutando de ello, lo seguiremos haciendo. Hace poco vivimos una especie de momento revelador durante un concierto, y no fue uno precisamente bueno. No ocurrió nada extraordinario, ni siquiera se vendieron muchas entradas, pero hubo un momento en el que Daryl y yo nos miramos y vimos que fuera estaba lloviendo a cántaros. Fue entonces cuando llegamos a la conclusión de que éramos muy afortunados porque estábamos dando placer y recibiendo algo a cambio también. Por este tipo de cosas ni siquiera nos hemos parado a hablar entre nosotros de si deberíamos parar el año que viene. Obviamente, es un tema que sale de vez en cuando, cuando estamos un poco cansados, pero luego vemos las fechas de la gira y nos volvemos a poner manos a la obra (risas).

Daryl: Mientras sigamos disfrutando, tengamos salud y la gente siga viniendo a vernos, que es lo más importante, es fácil que sigamos entrando en el estudio y dando conciertos. Y la razón fundamental es que somos compañeros, y eso es lo que nos diferencia de muchas bandas. Me refiero a esas en las que el guitarrista no soporta al cantante o el batería odia al bajo. Siguen ahí por el dinero pero no disfrutan de la compañía del otro. Nosotros siempre hemos dicho que, primero, somos amigos, y luego está la banda. Si no hubiera un concierto el próximo fin de semana, nos seguiríamos viendo igualmente, a lo mejor nos iríamos de fiesta mientras nuestras esposas están fuera de viaje.

En unos días estaréis compartiendo cartel con Sham 69 y muchas otras bandas. ¿Cómo es reencontraros con ellos y qué os gusta hacer antes y después del show?

Daryl: ¡Dormir es nuestra actividad favorita! (Risas) Generalmente, nuestra rutina consiste en despertarnos, hacer la prueba de sonido, emborracharnos, volver para dormir, levantarnos sobrios, tocar e irnos de fiesta. Con respecto a la gente con la que alternamos en los festivales, la mayoría son viejos amigos a los que no has visto en un par de años pero con los que tienes la misma relación que si nos viéramos todos los días. Pero también hay otras bandas a las que simplemente saludamos y otras a las que no conocemos de nada pero que queremos ver en directo desde el lateral del escenario porque hemos oído hablar mucho de ellos. Digamos que es el algo que depende del cartel en cuestión. Pero estoy seguro de que el bajista de Sham 69 y el de Cock Sparrer ni siquiera se reconocerían si se cruzasen por la calle (risas).

Texto: Jesús Rojas

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