Seguramente los Pixies se hubieran reído si alguien les hubiera dicho que casi cuarenta años después de empezar seguirían subiéndose a un escenario. Y que serían un referente absoluto del rock alternativo contemporáneo. Es curioso, aquellos llamados dinosaurios del rock setentero que el punk pretendió destruir lo único que han hecho ha sido, salvando todas las distancias, transformarse, cambiar de apelativo y de “concepto”, pero está claro que siempre habrá un estatus. Y los de Boston están en la parte de arriba del mismo.
Influencia básica para centenares de músicos de generaciones posteriores, mantienen la vitalidad, y sus conciertos todavía tienen la pegada, la tormenta eléctrica, la subidas y bajadas y las melodías que convirtieron álbumes como Doolittle o Surfer Rosa en piezas angulares del legado musical de nuestros días. Su último álbum, Doggerel (2022), fue presentado en una gira mundial durante 2022 y 2023 que despachó entradas a mansalva y cosecho un éxito absoluto.
Ahora están realizando una periplo veraniego por Europa, ya saben, el rimbombante circuito festivalero, que tendrá dos citas en nuestros escenarios, citas que además, tendrán lugar al margen de los grandes eventos para alegría de sus seguidores. Que podrán disfrutarlos sin excesivas masificaciones ni verlos a través de pantallas de alta definición. El 24 de julio en Barcelona, Razzmatazz 1 (entadas agotadas), y el 28 dentro de l ciclo Noches del Botánico en Madrid.
MC
