Encuentros

Bourbon, entrevista exclusiva y, al fin, nuevo álbum

 

Foto: Cristian Bertolo

A estas alturas es probable que conozcas a la banda o que te suene su nombre. Quizás has pasado de largo, ignorante de lo que te esperaba al otro lado. A estas alturas cuesta imaginar que no se les reconozca masivamente el hecho de que, sin quererlo, o queriendo,  han reescrito una forma de hacer el rock en castellano, autómata y atemporal, tan deudor del origen de su tierra como de la sicodelia bien entendida y el hard que experimenta y sale en búsqueda del siguiente toque de piedra. A estas altura yo sigo sin entender a la gente de este país. Por eso sigo dándome cabezazos contra la pared y sangrando, figuradamente, en mi interior. A estas alturas…

Lo que Juanma Gonzálvez y los hermanos Guerrero, Raúl y Álvaro, (bajo/ guitarra y voz/ batería y coros; respectivamente) han solidificado desde 2009 es una colección de canciones extraordinarias, siempre sombrías, tocadas con una intensidad fuera de duda y expresando una originalidad pocas veces vista en tiempos de rock de repetición y ejercicios de estilo. Publican nuevo disco (auto editado), el primero en seis años y la continuación al magistral Fuente Vieja. Los hermanos Guerrero se pusieron delante de nuestro cuestionario y nos pusieron al día.

Foto: Roberto Bonilla

Cuarto disco en más de ¿quince? años de carrera. ¿Qué sentís llegados a este punto? ¿Sirven las alabanzas generales de la gente que os quiere o sentís que el grupo debería estar en una división más alta si nos ceñimos a reconocimiento popular?

Raúl: Llegados a este punto, el mayor logro es seguir sobreviviendo como banda, y además, musicalmente estamos en un punto muy reconfortante. Lo que tenemos en la cabeza conseguimos plasmarlo en los discos y eso no es fácil. Ese diría que es el mayor activo de la banda. Podríamos tener más reconocimiento, pero también podría ser al revés ya que todos los días vemos a bandas caer por el camino y nosotros seguimos ahí remando, con una base de seguidores pequeñita pero firme.

Álvaro: Para nosotros el hecho de poder publicar un nuevo disco ya es un triunfo. Nos encanta ver que después de varios años hay gente que sigue con interés lo que hacemos, que nos comenten sus impresiones o que valoren el nuevo disco respecto a los discos anteriores. Vemos que la gente entiende nuestro trabajo y eso nos reporta satisfacción suficiente para continuar sin medir el número de público que pueda seguirnos.

¿Por qué habéis decidido publicarlo por vuestra cuenta? ¿Qué sucedió con Spinda Record tras tanto tiempo de relación?

R: Con Spinda realmente solo sacamos Fuente Vieja, y luego también estuvo la reedición de Devastación en vinilo. Hemos sacado cuatro discos y nunca hemos repetido con ningún sello. Con Spinda hubo ciertas cosas que no nos gustaron, así de simple. No sé cómo es trabajar con un sello grande, si es que eso existe todavía, pero la función de uno pequeño la podemos hacer nosotros como grupo directamente. En nuestra humilde posición ya hemos tocado en muchos sitios y conocido a mucha gente; quiero decir, si quieres invertir pasta en mi grupo de acuerdo, pero si los contactos que me vas a dar y los sitios que me vas a proponer para tocar ya los tenemos por nuestra cuenta, ¿qué sentido tiene que nosotros hagamos todo el curro y pongamos casi toda la pasta? Ganar dinero con un grupo como el nuestro es muy complicado, así que resulta mucho mejor gestionarlo todo nosotros. De ese modo, las cuentas, para bien o para mal, siempre están claras.

Á: Un grupo como el nuestro cuando se dispone a editar un nuevo disco, contando con la grabación, gasta casi todo el presupuesto del que dispone. Llega con la lengua fuera, con la energía justa, por lo que contar con un sello siempre es una ayuda que se agradece. Pero esta vez nos hemos visto capaces de hacerlo por nuestros propios medios, ya que un sello de este tipo poco puede aportar a lo que la banda ya consigue por sí misma.

Foto: Cristian Bertolo

Álbum homónimo. ¿Por qué a estas alturas? ¿Lo sentís como un nuevo comienzo?

R: Pues la verdad es que no va por ahí la cosa ya que el disco estuvo a punto de llamarse Noctuario (que es una antología de relatos de Thomas Ligotti), pero luego, cuando empezamos a plantear la portada, ya no nos cuadraba la imagen con el título. Teníamos claro que en la portada no iba a aparecer el nombre de la banda, así que tenía su lógica que el disco tampoco tuviera título. Lo que pasa que es imposible no ponerle título a un disco hoy en día y hay que catalogarlo de alguna forma.

Han pasado seis años desde Fuente Vieja. ¿No sois un poco perezosos? Contadme el desarrollo del grupo cuando encara una nueva obra.

R: No somos una banda que trabaje mucho en el local, o al menos no desde Fuente Vieja hasta hoy. Cuando hay concierto ensayamos y cuando hay que componer para grabar pues lo mismo. Somos constantes, ¡pero a nuestra manera!

A mí, por ejemplo, me gusta tener una fase en la que estemos centrados solo en componer, ya que usualmente de ahí sale la mayor parte de las cosas que luego se plasman en los discos. Es muy difícil que estemos componiendo y tocando a la vez porque se nos hace muy cuesta arriba sacar tiempo para todo.

Con respecto a este disco, «La Espiral», «Aguacero» y «La Mujer Del Pelo Blanco», son canciones que llevan dando volteretas por el local de ensayo mucho tiempo, incluso creo que hemos llegado a tocar alguna en versión beta. El resto son canciones que salieron más o menos del tirón, quitando la parte final de «Olvidarnos de Ti», que la cambiamos cincuenta veces antes de dejarla tal y como ha quedado.

Á: Yo no creo que en estos años hayamos estado excesivamente quietos. Los dos primeros años de Fuente Vieja no paramos de tocar donde nos requerían y luego en los años 20/21 todo eran cancelaciones y conciertos pospuestos, incluyendo dos ediciones en Resurrection Fest. Nosotros decidimos no forzar nada y simplemente esperar a que las cosas se pudieran hacer de forma coherente y natural. Luego, cuando todo se fue normalizando, volvimos a trabajar comprobando que los plazos para reservar un estudio o una sala se habían doblado. Estuvimos todo el año pasado listos para grabar y no entramos en el estudio hasta septiembre, y entre masterizaciones, ediciones, fábrica y tal, el disco no ha podido salir hasta ahora.

Se notan nuevas influencias, cosas de aquí y allá. Es lo lógico cuando una banda anda en movimiento. Pero no perdéis vuestra identidad ni con agua hirviendo. Contadme qué estáis escuchando últimamente y en qué os ha podido influenciar eso.

R: Yo tenía en la cabeza darle un giro más pop a las voces, quitarle un poco de drama a ciertas canciones. Pero escuchando el disco con perspectiva, creo que de esa idea preliminar solo han quedado algunos retales. Hay canciones donde sí se ve que vamos buscando caminos donde antes no habíamos puesto pie, pero seguimos siendo nosotros sonando a nosotros. Obsesionarte con los Beach Boys o con Jason Falkner no va a hacer que tu banda suene a ellos, tienes que ser tú mismo pero abriendo la puerta a esos artistas que tanto te van marcando.

Á: Respecto a las influencias, sí que estamos constantemente hablando de música entre nosotros («¡toma esto!»; «¿has escuchado esto otro?») pero que eso luego cale en tu música y en tu personalidad es otra cosa, tiene que impregnarte y eso no puedes decidirlo o controlarlo. Respondiendo a cosas que escuchamos últimamente, pues no sé, ¡¡escuchamos cosas todo el tiempo!! Se me ocurren grupos como Karate, The Bevis Frond, Dinosaur Jr., los proyectos de Spinetta en los 70’s y de cosas actuales me gustan mucho The Lemon Twigs, mil cosas… Y, por supuesto, también una obsesión casi enfermiza con Motorpsycho.

¿Qué aporta cada uno de vosotros a la composición? ¿Quién es el artífice que inicia una idea?

R: Todo empieza con una idea de guitarra, a eso le sumamos un esbozo de melodía y a partir de ahí vemos donde la canción nos quiere llevar.

Los tres tenemos mucho peso en la composición. Quitar, poner, volver a darle una vuelta al tempo, evitar caer en la evidencia, todos vamos a una.

A: Antes siempre trabajábamos sobre ideas que Raúl traía más o menos preparadas e intentábamos plasmar lo que tenía en su cabeza, pero esto con el tiempo ha ido cambiando y las ideas vienen de casa menos desarrolladas y es en el local donde las manoseamos y tratamos entre los tres de que crezca y tome forma, pudiendo terminar muy lejos de lo que en principio podías pensar. Este proceso es la parte que más disfrutamos, aunque no siempre el resultado sea válido.

Muy pocos solos de guitarra en el álbum. Mal para tener en vuestras filas uno de los tipos con más talento del país en ese instrumento. Bien porque el ego lo dejasteis en la puerta del estudio. Por otro lado, Alvaro, estás mejor que nunca; todavía sigue sorprendiéndome lo que haces en cada disco y cómo vas mejorando con los años.

R: Lo de los solos no ha sido premeditado, ha salido completamente natural, y creo que al final el concepto de hacer un disco más pop ha dado la cara precisamente en ese aspecto. Huir un poco del cliché dentro de unos límites. Para el siguiente puede que haya tres solos en cada canción, o que sea un disco solo de acordes, como debería de hacer Santana (!!!).

A: Gracias de verdad, valoro tus palabras. La verdad es que yo nunca encaro las canciones pensando en mi instrumento, siempre intento tener la perspectiva enfocada a la canción, y no me refiero a lo que se va a cantar, que también, si no a cómo aparecen y se entremezclan los instrumentos, las dinámicas, los espacios, las texturas; ahí procuro que la batería apoye, arregle o dirija el tema según vemos necesario.

Los Davies, los Robinson, los Gallagher… ¿Cómo se lleva una banda en la que hay dos hermanos? ¿Juanma es el tipo en medio o pasa de cualquier tipo de fricción entre los Guerrero?

 A: Pués comparándolos con los ejemplos que has puesto, ¡¡nos llevamos de maravilla!! Jaja. Raúl y yo, además de tocar juntos, tenemos una relación muy estrecha desde siempre; estamos muy unidos en todos los aspectos de la vida. Pero, claro, eso hace también que en las discusiones se dispare un poco, ya sabes, la confianza. Juanma lo lleva bien, ya que él también se ha visto en esa tesitura durante los primeros años de Bourbon, cuando su hermano Pitu tocaba en la banda. Sabe llevarlo, nos conoce de sobras y más de una vez nos ha gritado: «¡¡Quillo, ya está!!».

Sólo 8 canciones. Un poco corto, ¿No creéis?

A: Es probable, pero lo que siempre buscamos es que al escuchar un álbum éste te dé un paseo por diferentes pasajes y momentos y que en su conjunto no nos dé la sensación de incompleto, ni tampoco que esté construido alrededor de un par de temas. En Fuente Vieja había siete temas y así vimos que quedaba redondo, lo mismo ha sucedido con el nuevo. Otra cosa es el minutaje, que eso sí que lo llevamos regular a la hora de adaptarlo al formato LP. Con los dos primeros discos no lo tuvimos en cuenta y adaptarlo al vinilo no fue fácil, pues son muy largos para un disco y muy cortos para un doble LP. Con los dos últimos sí que teníamos esto en mente.

Chicos, ¿Qué esperáis de este país a estas alturas? Vuestro trabajo es soberbio, le toca responder al público, ¿no?

A: Esperamos que el disco se mueva lo suficiente, y nos permita seguir conociendo gente, lugares y salas tan molonas como las que hemos conocido en estos años. Con lo vivido con los anteriores trabajos nos daremos por satisfechos y siempre que haya gente que quiera llevarnos a su ciudad allí estaremos. Antes sí que nos matábamos por tocar todo lo posible como sea y donde fuera, pero ahora nos lo tomamos con más calma, disfrutando lo que hacemos sin quemar las naves. De esta forma la banda podría durar toda la vida.

Texto: Sergio Martos

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda