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BBK Live – Kobetamendi (Bilbao)

Grace Jones

BBK Live. El nombre ya está sellado en la mente y el corazón de tanta gente que es una marca reconocible desde aquella primera edición de 2006, tan lejana que ni siquiera se denominaba como actualmente. Entonces el Bilbao Live Festival tenía como cabeza de cartel a Guns´n´Roses (en su etapa más mística Axl Rose llegó a mandar por delante a un doble para saber si se cumplían sus exigencias, con su hora y media de retraso de inicio), y nombres como The Pretenders, Blue Oyster Cult, Los Planetas o The Cult. Entonces era un festival más al uso que nacía, pero ha crecido en dimensión y perspectiva, en forma y fondo.

Ahora, más que un festival es una experiencia sobre los escenarios y a pie de ellos. Y está claro que los organizadores han dado con la tecla. Si al Azkena se va y punto, al BBK Live hay que subir. Su carácter clarísimamente orientado a lo que pega en las Islas Británicas, junto con la grandísima afluencia de público de allí y otros países lo han convertido en un referente europeo de primer nivel. Otra discusión es su arraigo en el público local.

Jungle

Pero funciona. Y es una fiesta, una especie de Coachella vasco, con un público más joven que el de otros festivales, hetereogéneo, feliz de estar allí y con ganas de bailar, conversar y conocer gente. Disfraces, camisas floreadas y la nueva moda de cientos de camisetas de fútbol (no seré yo quien censure eso) hacen que el BBK Live sea un remanso de desconexión y diversión. Pero hay que empezar a hablar de la música más que del inconsciente colectivo intergeneracional del festival. Siendo directo, hubo tres grandes triunfadores a nivel musical. Y los tres muy diferentes y todos tocando en el escenario Nagusia, el principal. Massive Attack en la primera jornada dejaron a todo el mundo boquiabierto con un concierto oscuro, con reivindicaciones ideológicas como puñetazos, un sonido perfecto y una sensación de densidad apabullante en el ambiente. Con un duro inicio con “Risingson” y “Girl, I love you”, junto a versiones del “Song to the siren” de Tim Buckley o el “ROckwrock” de Ultravox dejaron claro que son una apisonadora. Pena que tuviéramos que perder un poco de su actuación para acercarnos a la actuación solapada de Death from Above, muy contundentes y enloquecidos.

La actuación, o mejor dicho, Performance de Grace Jones acaparó los elogios de la segunda jornada. La siempre enigmática pantera de ébano (la única mujer que ha acojonado a Conan Schwarzenegger) ofreció una performance soberbia. Con voz y cuerpo excepcionales, se mostró accesible en un concierto con toques jamaicanos de inicio para finalizar con una sensación de cabaret berlinés mezclado con una atmósfera de aquel Studio 54 neoyorquino donde era considerada la diva que sigue siendo. Y sonó su versión en clave reggae del “Private Life” de The Pretenders (casualidad, hace alrededor de un mes, estos se cascaron un conciertazo en el BBK Legends también en la Villa bilbaína) junto a otros temas como “I’ve seen that face before” o “Love is the drug”, de Roxy Music. Y más de diez minutos bailando el Hula Hop en el final de su concierto. Diosa.

El Columpio Asesino

 

Y el gran triunfador del último día (con permiso de Jungle, que pusieron a bailar al personal como si estuvieran en un Club londinense de hace veinte años) fue El Columpio Asesino. Con una carismática Cristina Martínez al frente, los navarros fueron una apisonadora, soberbios. Temas como “Babel”, “Ye ye yee”, “Ballenas muertas en San Sebastián” sonaron contundentes y limpios, pero el final con el himnazo “Toro” fue el acabose. Lástima que se retiren porque son patrimonio eterno del Rock.

The Prodigy

Pero hay nombre que destacaban y cumplieron. A pesar de la falta del fallecido Keith Flint, The Prodigy siguen siendo esa batidora de ritmos agresivos y con un aura peligrosa, de las de aquí puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Con Maxim Reality al frente sonaron himnos como “Breathe”, “Firestarter” o “Smack my bitch up”, el tema de aquel perturbador video. Por su parte Air repasaron completo su “Moon Safari”. Su elegancia versallesca casaba perfectamente con un sonido cuidado, por momentos delicado, con un toque marcado de Easy Listening y temas muy conocidos como “Sexy Boy” o “La femme d´argent”. En el debe quedaba que quizás la suya es una propuesta demasiado intimista para un festival de estas características, algo de lo que también pecaron “Slowdive”, un poco complicado de digerir para la masa que quería bailar a toda costa.

Khruangbin

Khruangbin el día anterior había mostrado su exotismo onírico ante un público muy entregado a la sofisticada Laura Lee y sus compinches Mark Speer y Donald Johnson. Su Funk, sus raíces africanas y su Dub marcaron una actuación basada en temas instrumentales.

¿Más actuaciones destacables? Jordan Rakei presentó “The Loop” en una actuación con un carácter jazzístico integrados, suave y elegante, en el escenario Txiki, el más  adecuado para crear esa atmósfera intimista y cercana. Underworld ofreció lo que esperaba de ellos, acabando con “Born slippy”, el mega hit revientapistas de aquellos tiempos en los que se estrenaba “Trainspotting, Kiasmos fueron de los últimos en tocar, algo que les penalizó respecto a un público cansado, mientras que Meute venían precedidos por una leyenda de banda divertida que pone a todo el mundo a bailar con su propuesta de vientos y percusiones versionando temas tecno de toda la vida. Pues no, aburrieron y no lo esperábamos, aunque hubo temas destacados como “LoCKeDoWN2” o “You and Me”. Mejor hubiera sido traer a la Electrocharanga de Asier Villalibre, el búfalo de Gernika (ah! No sólo hubo camisetas de fútbol, el mítico Oscar De Marcos, león campeón de Copa subió a disfrutar de los conciertos).

Underworld

Y para el final, la Armada española (ya que estamos futboleros, con la Final de la Eurocopa contra la Pérfida Albión). Los Punsetes, sustitutos de última hora de Cymande, ofrecieron su agresividad lírica junto al estatismo de Ariadna Paniagua, ofrecieron temazos como “Opinión de mierda”, “España corazones”, “Eso es lo que pienso de tu grupo”, “Una persona sospechosa” o “Viva”. Soberbios. Melenas prometía más de lo que ofrecieron, Albert Plá reventó la carpa y, como siempre, versionó a Lou Reed con “El lado salvaje de la vida” y A Jeanette con “Soy rebelde”. Lo de siempre y lo de siempre en su caso siempre está bien.

Alcalá Norte

“Alcalá Norte” tiraron de su Indie Pop con toques rockeros (pocos pero hubo alguno), con canciones como “Arteligencia artificial”, “La calle elfo” o “La vida cañón”. Camiseta rojiblanca de Piratak del cantante y de la mítica banda Punk gipuzkoana RIP del batería, guiños a una banda muy cercana a estas tierras. Los Planetas tocaron íntegro “Super 8” (con polémica entre varios de sus fieles por el cambio en la estrofa que versa «He estado con Eric hasta las seis y nos hemos metido cuatro millones de rayas», Floren sustituyendo a Eric, cosas del grupo).

Derby Motoreta’s Burrito Kachimba

Y otros que triunfaron y en grado sumo fueron los andaluces Derby Motoreta´s Burrito Cachimba el jueves, en el escenario Txiki para tener una cercanía máxima a su público. La intensidad y ese toque andaluz integrados con el macarrismo ochentero son un coctel atractivo y  eufórico cuando ponen el artefacto en marcha. “Las leyes de la frontera” (Soundtrack de la película sobre el libro de Javier Cercas), “El Chinche” o “Saltos de Gitano” fueron cumbres de su actuación. Y ojo también a la sorpresa agradable de Boye, el grupo barcelonés que se salió en el escenario Firestone, el más pequeño pero que puso a la gente a cien. “Hemos venido a jugar”, “Que se queme la danza”, “No estamos tan mal” o “Veni, Vidi, Vinci” para resultar ser el sorpresón del festival, con su Funk, su Hip Hop y sus guiños a Lorca. Espectaculares.

Y por último la representación local. Shinova, muy convencidos de que quieren vivir de la música, ofrecieron una actuación limpia y delicada, muy orientada al público masivo y con toque comercial evidente. “Antes de que todo acabe”, “Gracias” o “La sonrisa intacta” dejaron contenta a su parroquia, como Zea Mays a los suyos, que eran multitud. Versión de “Corazón de tango” de Doctor deseo (cantada a un tono tan alto que no acaba de cuajar) y el hit “Negua Joan da ta” fueron las cumbres de su actuación.

Ezezez

Y finalizamos con EZEZEZ, grupo a seguir, con “Run run run” y el corrido mexicano “No me amenaces”, de José Alfredo Jiménez. En fin, tres días que son siempre inolvidables para un público fiel a la montaña bilbaína, un lugar donde se disfruta de la música, de nuevas amistades que son mejores que lo que se escuchó y nuevos planes de retornar el año que viene, porque al BBK Live hay que subir.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

 

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