No se puede afirmar que esta nueva gira de los americanos Crocodiles por España se haya celebrado entre multitudes, pero visto lo visto por la parroquia asistente (al menos por su pase en la capital del Aragón) se puede afirmar que lo suyo tiene raigambre profunda y erudita entre sus seguidores, y que poco público casual irá a verles. Más o menos sobre la hora prevista los de San Diego se subieron al escenario de la acogedora sala y a un ritmo más que trepidante dieron inicio a su concierto. Combinaron todo los rasgos que conforman su propuesta; punk, noise y esa querencia que últimamente muestran por las melodías pop. Presentaban su más reciente trabajo Upside Down In Heaven (2023), de él cayeron entre otras «Love Beyond The Grave», el tema que da título al mismo o «Surfing With Death». Y no faltaron clásicos de su repertorio como la adictiva «Wait Until Tomorrow».
Tampoco nos pudimos quejar de su carisma y presencia escénica, muy dispares entre ellos pero con los dos puntales que son Brandon Welchez (un poco a la Joe Strummer) y Charles Rowell, destilando personalidad a borbotones, especialmente este último que no sólo apuntaló el entramado con sus riffs, sino que mostró poses y arrogancia para dar y regalar. Llegaba el final del corto recital con la ya clásica «Degeneration» (muy apropiada) y una acelerada revisión del clásico Kitsch galo «Ca Plane Pour Moi» popularizado por Plastic Bertrand. Y así tras unos intensos cincuenta minutos se retiraron del escenario. Parecía que la cosa no daba para más, pero tras la insistencia del público presente volvieron a escena, para declarar sin complejos que no tenían más canciones ensayadas y que repetirían la versión que había cerrado el concierto. Ningún problema, se volvió a recibir con los brazos abiertos, y ésta vez sí que ya tocaba el triste y temprano final. Por lo demás ninguna queja, y es que de eso se trataba esa noche, de disfrutar de una banda en su hábitat natural, que por supuesto son las salas.
Texto: Xavi Martínez
Fotos: Marga Pacheco
