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Rock Fest – Santa Coloma de Gramanet (Barcelona)

Phil Anselmo (Pantera)

 

Cuando el año pasado se anunció la “reunión” de Pantera, honestamente, era algo que no me cuadraba. Tal vez para un puntual homenaje, tendría hasta su gracia, pero no para establecerse en una gira que tiene pinta que va a seguir el año que viene.

La pegada de Vinnie Paul y la personalidad de la guitarra de Diamond Darrell marcaban una impronta difícil de alinear por otros integrantes que no fuesen ellos y pese a que los elegidos (Charlie Benante de Anthrax y el escudero de Ozzy y líder de Black Label Society, Zack Wylde) son primeros espadas, la historia nos ha dejado momentos de grandes sustitutos que nunca han conseguido hacer funcionar un proyecto. Así que con un escepticismo atenuado por los ecos de su solvente actuación en el Resurection Fest del año pasado, me dispuse a comprobar si lo de la cita gallega había sido una alineación de planetas o algo con mantenía entidad.

Tras una jornada de pulcra puntualidad en todos los escenarios, un considerable retraso sumado a amagos de lluvia, empezaron a generar tal “run run” que cuando una voz de la organización se dirigió a la audiencia, nos esperábamos lo peor. Falsa alarma. Un problema técnico con la iluminación fue el causante de la demora y de que el show empezaría amenizado solo con las luces de trabajo. Aun así, fue caer el telón con el inmenso logo de la banda al ritmo de «A New Level» y desatarse la locura. Veinticuatro años después de su última visita a la ciudad condal, Pantera volvía a recordarnos a esa banda que nos noqueó y retorció el metal a principios de los noventa.

Pantera

Un set que se basó en el Vulgar Display Of Power y Far Beyond Driven atacando cortes como «Mouth For War», «I´m Broken» o la afilada «Becoming», sonando engrasados con un Benante entregado al groove del bajo de Rex Brown, un Zack Wylde mostrando su maestría a la hora de recrear los recursos, la técnica y la velocidad del malogrado Dimebag Darell y un Phil Anselmo que con solo un tono más bajo sigue desplegando toda la fiereza que atesora su garganta. Hay que destacar el continuo homenaje que durante el recital se hace a los dos hermanos Abbott, con elegancia y emotividad, especialmente en la brumosa «Flood» que se combinó con decenas de imágenes del guitarra y del batería. Un repertorio redondo en el que solo se echó en falta «Cemetery Gates» que culminaba con la celebrada «Walk» y el delirio final de «Cowboys From Hell» para volver con la percutora «Fucking Hostile» con un Anselmo dejando caer el micro al suelo tras recitar la última estrofa del «Starway to Heaven» de Zeppelin. La pseudo reunión de Pantera funcionando mucho mejor de lo que se podía suponer.

El RockFest no solo se nutrió de Pantera, la oferta de esta edición se presentaba variada y apetecible para los amantes del género. Destacamos una selección:

KK Priest

K.K. PRIEST. La formación del desterrando guitarrista K.K. Downing junto al impersonator Tim Owens saltaron al escenario sabiendo que es lo que debían ofrecer a su público festivalero: cubrir el expediente con un par de composiciones propias del proyecto ( «Strike Of The Viper» y «One More Shot at Glory») y después agasajar con canciones de Judas Priest, muchas de ellas como «Beyond the Realms of Death», «Hell Patrol» o «The Ripper» que ya llevan años fuera del repertorio de Rob Halford. Paradójicamente del conflicto ahora son bandas que se complementan, un regalo para todos los fans de los británicos. Downing sigue desenvolviéndose estupendamente guardándonos para el final «Breaking The Law» y «Victim Of Changes». Aprobado alto.

CAVALERA. La familia Cavalera, Igor y Max, junto al hijo del vocalista ( Iggor Amadeus) presentaban el proyecto con el que han regrabado los germinales discos de Sepultura Morbid Vision, Bestial Devastation y Schizophrenia y al que se le cuesta encontrarle un sentido honesto a los lanzamientos. Valoraciones morales aparte, los brasileños se marcaron uno de los conciertos de la jornada, reviviendo temas de los álbumes anteriormente citados como «Antichrist», «Mayhem» o «Escape To The Void», con un Max entregado incluso diría que emocionado y un Igor tan milimétrico como siempre. Se despidieron con varios medleys incluyendo «Refuse/ Resist», «Troops Of Doom» y «Territory» provocando las primeras afonías del festival. Poderosos.

WOLFMOTHER. Siempre infalibles Andrew Stockdale sigue siendo un cantante y guitarra competente en directo. Esclavos de un primer trabajo superlativo, los australianos consiguieron mover cabezas cuando abarcaron temas como «Woman» o «Joker & the Thief», pese a ello hay que reconocer que siguen dando mucho en directo y temas como «Victorious» deberían ser puntales.

Wolfmother

PRIMAR FEAR. Siempre correctos, pero otro año que no ascienden y siguen en la segunda división del metal europeo.

CRISIX. Los de Igualada son unas bestias en directo. Un show dinámico desde que arrancaron con «Bring ‘em to the Pit» del cual es difícil apartar ojo porque siempre están pasando cosas. Desataron la locura con la celebrada «Full HD», vacilaron al público con B.B. Plaza cantando por Pantera y Anthrax, para cerrar su tiempo con «Ultra Trash» con su batería Javi “Carry” surfeando con drum kit incluido por encima de la audiencia. Confirmando que tienen uno de los mejores directos de la escena, el que más gente joven aglutinan, presente y futuro.

W.A.S.P.

W.A.S.P. Se presentaron con su líder Blackie Lawless sentado por unos graves problemas de espalda. Revisaron sus grandes éxitos como «Wild Child» o «I Wanna Be Somebody» sonando potentes, con unos coros perfectos y con la voz de Lawless sonando fastuosa, rozando los mejores momentos de su discografía. Oh, Wait…!.

 

ANGELUS APATRIDA. Horario de lujo para la formación metalera más internacional, que supieron aprovechar, realizando un show que se convirtió en una apisonadora de Trash Metal, reforzado por su poder de convocatoria y la calidad técnica con la que desarrollan temazos como «Indoctrinated», la coreada «Cold» o la contundente «You Are the Next». Vencedores.

Michael Schenker

MICHAEL SCHENKER GROUP Hay que disfrutar de Schenker siempre que se pueda. Su nombre ya ha quedado con letras de oro entre los guitarristas más grandes de la historia, por eso su concurso es siempre de gran valor. Esta vez acompañado de Robin McAuley, el germano volcó su repertorio en sus clásicos en solitario, obviando a Scorpions y U.F.O., mediante himnos de la talla de «Into The Arena» o «Armed and Ready» y con un McAuley desenvolviéndose bien en los cortes de Graham Bonnet como «Assault Attack» o «Rock You to the Ground».

 

EUROPE. Los suecos probablemente hayan visitado el festival mucho más que a algunos de sus familiares, pero aun así, siguen siendo uno de los mayores alicientes de cartel. La fama de apuesta segura que tiene que ver con sus solventes actuaciones volvió a quedar patente en el momento que Joey Tempest saltó al escenario comandando un recital lleno de intensidad sobre todo en cortes más actuales como «Walk the Earth» o «War Of Kings» y redondeando un magnífico «Superstitious» que incluyó un amago del «Here I Go Again» de Whitesnake. No hace falta ni decir que acabaron con «The Final Countdow»

GAMMA RAY. Kai Hasen es un tipo muy querido por los asistentes al Rock Fest, ya sea con su proyecto en solitario, como con Helloween sus actuaciones siempre son un éxito. Si para la ocasión se preparó una batería de sus temas más populares…y la cosa salió redonda, a pesar de la baja de Henjo Ritcher (cubierta por el Beast in Black Kasperi Heikkinen). «Last Before The Storm», «Heaven Can Wait» o «Send Me a Sign» fueron algunos de los hits que descargaron los alemanes.

THE BABOON SHOW. Dudo que hubiese alguien que pisase la carpa donde estaban los suecos y no se quedase enganchado a la potente puesta en escena de los suecos. El cuarteto liderado por Cecilia Bostrom son unas bestias en directo y en Can Zam volvieron a demostrarlo. «God Bless You All», «OddBall» y «Me Myself and I» fue suficiente munición para ponerlo todo patas arriba. Un show muy trabajado con unas gotas de descontrol consiguió cerrar uno de los mejores shows de esa jornada cautivados por la potencia escénica de Cecilia que no paro de bailar, interaccionar y gritar hasta la ultima nota de su himno «Radio Rebelde».

Deep Purple

DEEP PURPLE. Para disfrutar el show de las leyendas británicas hay que modular expectativas, dejarse llevar, agradecer que el setlist lo abra «Highway Star», que la base rítmica de Paice/Glover siga sonando vertiginosa, que Simon McBride se haya adaptado, desarrollando los solos con gran precisión, que el maestro Don Airey siga llenando todos los huecos y que Ian Gilan siga al pie de cañón, cerca de los ochenta años no se le puede pedir que reviente «Lazy» o «Into the Fire», de hecho, cuando ejecutan temas de esta última década como «Uncommon Man» o la recién estrenada «Portable Door» los tonos juegan a favor del vocalista con un resultado notable, además se le agradece que vaya a pecho descubierto llegando a donde puede.  Cierto es que en algunos momentos el espectáculo caía en un ritmo ramplón y que el «Smoke On The Water» sonó a grupo que ameniza un evento del Banco Santander (ellos tienen que estar más cansados de tocarla, que nosotros de escucharla) pero el final con «Black Night» cerraba un más que correcto concierto.

SOZIEDAD ALKOHOLIKA. Ya nadie puede poner en duda la capacidad del directo de los alaveses, probablemente entre los cinco mejores que se pueden disfrutar en la escena metal punk. Presentaban, esta vez, su nuevo trabajo Confrontación, volviendo a remarcar su presencia escénica a base de murallas sónicas. Subió Guillermo de Angelus Apatrida en «Ratas» que fue el inicio de una recta final con «Piedra contra Tijera» y el tristemente actual «Nos Vimos en Berlín». Jefazos.

 

PARKWAY DRIVE. El grueso de Pacazos habían puesto en duda la validez como cabeza de cartel de los australianos. Su show fue el más brutal de todo el certamen, su escenografía la aprobarían los propios Rammstein. Winston Mc Call moviéndose libremente, manteniendo la tensión, mientras el resto de la banda estaban fijos construyendo muros sónicos convertidos en puñetazos como en «Prey», «The Void» o la locura final con «Wild Eyes».

 

Texto: Vicente Merino

Fotos: Fernando Ramírez

 

One Comment

  1. Carles Serra

    Genial crónica

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