¿Conoces los nervios previos a las esperadas vacaciones? ¡Venga va! prepara la maleta, no te olvides del checking, asegurarte una vez más de la hora de llegada porque no quieres perderte nada, ¿Llegaremos a tiempo?… No sufras, SJOCK es fácil. Vuelo al Aeropuerto de Bruselas y tren directo a la diversión entre campos de maíz y bicicletas.
Gierle se convierte durante tres días en el perfecto anfitrión para miles de personas que acuden cada año de forma devota, a disfrutar del entorno, hospitalidad reinante de los lugareños, ambiente festivo, y de la exquisita programación que el SJOCK selecciona con mimo.
Para contar aquí todo lo vivido en las tres intensas jornadas durante las que se desarrolla el festival, necesitaríamos una entrega por fascículos, por eso vamos al grano de lo que para nosotros cabe destacar de los dos días que estuvimos.
Los locales TOXIC SHOCK estaban marcados entre los que no nos podíamos perder y no defraudaron. Esta banda ejecuta un Hardcore trash-metal al estilo Slayer, Suicidal Tendencies o primeros Metallica, con un inquieto frontman a la cabeza que no paró de agitar a un público entregadísimo, en el escenario más familiar del festival, el Bang Bang.
En ese mismo escenario, una hora y media después, los australianos BAD//DREEMS salieron a presentar gran parte de uno de los mejores discos del 2023, Hoo Ha!, su 4º disco en estudio. El concierto fue creciendo en cuanto a intensidad, y acabaron encandilando al personal allí presente con ese sonido cristalino y melódico de la guitarra de Alex Cameron, líder de la banda, la incesante verborrea de Ben Marwe que sobrevuela el sonido catártico a la que acostumbran. Como broche final nos deleitaron con su versión ya habitual de “My Pal” de GOD, con la que terminaron de conquistar a todos los allí presentes.
Cambiamos de escenario y allí nos esperaban JENNY DON’T AND THE SPURS, quienes pusieron la nota western de la tarde. Con un estilo country de maneras elegantes y clásicas dieron buena muestra de su hacer en directo con la maravillosa voz de Jenny, a un ritmo cowpunk sin respiro. Consiguieron amainar los nervios previos a lo que se nos venía después con Cosmic Psychos.
Si hablásemos de un grupo americano podríamos decir que COSMIC PSYCHOS son un Chevrolet clásico perfectamente engrasado, pero viniendo del continente australiano quizás son más una vieja lancha para recorrer un manglar en busca de caimanes y darles caza de forma precisa, rápida y decidida. Las máquinas viejas no tienen fallos si conocen bien el terreno. Cazadores de audiencia con pura carnaza sonora, quizás nadie aprovechó este momento para no hacer nada que no fuese estar pegado a un sonido que invadía el recinto de manera tan insolente, lo que viene siendo tener tablas. Ross Knigt, Dean Muller y el inefable Mad Macka repasaron su repertorio de himnos clásicos del submundo, sonido atronador que hizo volver la lluvia al festival.
En el ocaso de la jornada aparecieron TY SEGALL y los suyos, conjugando selectos sonidos en una psicodélica y mántrica pócima sonora. El sonido de su guitarra es un péndulo hipnótico que te atrapa más allá de lo físico, entre lo lisérgico y lo onírico. Ty Segall dejó el listón tan alto que THE CHATS salvaron los muebles por los pelos, donde el contraste estilístico con lo acontecido no favorecía su savoir faire punkrocker de canciones de 2 minutos.
Sería imposible encasillar al SJOCK. No es un festival de garage, ni de punk, ni rockabilly… ¡es todo en uno! Esto unido a la desconexión telefónica reinante en la zona, se presenta como el perfecto retiro musical para restaurar cuerpo y mente. Una cosa importante a tener en cuenta, pídete el lunes el libre porque aquí el domingo la cosa se pone muy seria.
La curiosidad y nervios esperando ver a DETROIT COBRAS con Marcos Durán a la cabeza se torna en decepción para algunos que no dieron una segunda oportunidad a los primeros acoplados y agudísimos compases del concierto. En ocasiones este escenario jugaba malas pasadas en cuanto a sonido y te obligaba a moverte para encontrar el equilibrio de tonos en el conjunto. Unos encontramos ese espacio donde poder disfrutar de nuevo de ese gigante frontman de los añorados Zen Guerrilla. La banda sigue sonando al dente y Marcus consigue llevarlos con sus aullidos y armónica a otra dimensión más blusera eléctrica y clásica de la escuela Misisipi de Howlin’ Wolf. De igual modo, querida Rachel, te echamos de menos.
Divertido concierto el vivido después en el escenario Bang Bang, con los holandeses BACON FAT LOUIS, con invasión de público bailongo al escenario incluido. Con un sonido garagero de boogie blues-soul, mostraron sobre el escenario gran saber estar y nos deleitaron con una gran paleta de instrumentos de guitarra y sonidos pantanosos.
GORIES salieron a escena en la carpa donde adolecieron de un sonido algo raquítico, faltó algo de fuelle sónico para disfrutarlo más. Aun así uno va entrando en su burbuja lo-fi garagera y no puede evitar acabar rendido a su martilleante ritmo monolítico. Con Nitoglicerin como broche final y de fondo salimos corriendo hacia el escenario familiar para no perdernos ni un minuto de una de las promesas mejor guardadas de las antípodas.
La frescura, descaro y aplomo de los neozelandeses DICK MOVE nos dejó a todos bebiendo de sus pies. Combo de punk seminal compuesto por tres mujeres y dos hombres, de la escuela sónica de Amyl and the Sniffers, aplicaron un apisonador set list de unas 15 canciones cortas y sin decoro. Desparpajo descomunal en escena de su líder, que siguió demostrando después del bolo atendiendo al público que quiso acercarse a conocerlos. Cruzando unas palabras con Lucy al frente, sobre el futuro y pasado de la banda, terminamos de confirmar lo que ya demostraron sobre las tablas, esta banda dará mucho que hablar.
Y por fin llegaron THE SADIES, quizás el sonido más bonito y elegante del fin de semana. Todos sabemos que Dallas es insustituible, pero su ausencia lo solventan sobradamente. La maestría de Travis a las seis cuerdas eleva la experiencia emocional de su música hasta tal punto que no echas de menos la voz cuando no aparece. Una delicia para tus oídos antes de acometer el final de la jornada.
NEW BOMB TURKS empiezan a ser un clásico de esos que nunca falla, aunque ya no nos brinden nuevos discos, en directo siguen estando bien engrasados y siendo demoledores. Aglutinaron en la carpa a miles de personas para deleitarnos con uno de los mejores conciertos de punk rock que se puede ver hoy en día. Pogo a gogo y diversión asegurada con el vocalista guasón de Eric Davidson, que no cesó de alentar a las masas y burlarse de los gorilas que intentaban reducir a todo el que intentaba volar por encima del público.
Como guinda a este pastel de mil hojas sonoras, seleccionados de manera brillante para cerrar el festival, llegaron FIFTY FOOT COMBO. Los de Gante que cumplen 30 años en activo nos brindaron una perfecta, caliente y sexy despedida, repasando lo mejor de su repertorio en el que mezclan surf, garage, punk, psicodelia, exótica, 60’s yeyé o incluso krautrock. ¡Menudo fiestón se montó entre el público para rematar el evento!
Esta era la 48 edición de un festival que a lo largo de los años ha mantenido el formato de siempre, el aforo justo para que no se convierta en otro evento mastodonte más, creciendo eso sí en calidad organizativa, y por muchos años… SJOCK festival bendito seas!
Texto y fotos: Sherry-Sjock Lovers
