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The Cat Empire – Alma Festival – Poble Espanyol (Barcelona)

Pisando el suelo del Poble Espanyol, todavía, había rastro de la huella dejada, la noche anterior, por Cat Power y su homenaje a Bob Dylan. No teníamos más remedio que ponernos el traje de faena e intentar olvidar (misión imposible) esa noche gloriosa y centrarnos en otra absolutamente distinta.

De la introspección al bailoteo puro y duro. Únicamente por ver brincar, como posesos, a los jóvenes fans de los australianos The Cat Empire, ni importó el viaje (en una noche complicada) ni el cambio de chip: la alegría siempre minimiza las dificultades.
En este sofocante 10 de julio (acabaremos ardiendo), se juntaban, en la montaña de Montjuïc, dos eventos: uno de ellos conmemoraba el 25 aniversario de dos hermanos, muy conocidos, originarios de Cornellà de Llobregat y el otro lo protagonizaba una numerosa agrupación (10 músicos en escena) llegada de las antípodas, pero plurilingüe.

Este par de concentraciones (la del Alma menor, aunque registró una buenísima entrada) colapsó servicios públicos, calles, caminos y hasta datáfonos. Un caos digno de esta bendita ciudad.

Decíamos que el grupo liderado por Felix Riebl y Ollie McGill, consiguieron rozar el lleno, lo hicieron a base de esa mezcolanza de estilos que tan bien ejecutan y vuelve tarumbas a sus seguidores. Tampoco deberíamos llevarnos al engaño o pensar que es oro todo lo que brilla. La actual formación de The Cat Empire (ha sufrido numerosos cambios) es instrumentalmente efectiva (apoyada por una fornida sección de metales), incluso, en algunos casos, resplandece una óptima técnica (“Candela”), pero, en realidad, no deja de ser un proyecto festivo que invita a la danza y revienta gargantas con multitud de onomatopeyas creadas para los improvisados coristas, quienes también pueden canturrear fáciles estribillos

Nacieron en 1999 y, llegados a las dos décadas y media de existencia, Riebl y McGill dicen que desean volver al terremoto originario con “Where the angels fall” (Two Show Records, 2023). No les ha salido mal el nuevo invento, contiene buenos temas como “Thunder Rumbles” (inicio de la función), “Owl”, “Be with you again” o “Rock’n’Roll”, curiosamente el único género que no practican. Funcionaron, pero no pudieron rivalizar con “Two shoes”, “Fishies” (enérgico tour de force con el teclista McGill de protagonista), “Brigther than gold”, y las sobresalientes “Still Young”, “Bulls” y “The chariot”, potente finiquito. Gustó mucho “La Gracia”, su reciente single en la que destacó el trompetista y cantante cubano Lazaro Numa, muy acertado durante toda la velada.

Acumular estilos tipo latin, ska, reggae, funk, pop y pizcas de jazz no es tarea fácil. La gran mayoría que lo intenta, acaba en el ridículo o fenece. Estos rimbombantes aussies han vendido millones de copias de sus discos porqué lo hacen de coña y tienen un líder carismático que los lleva a cualquier puerto que elijan. Felix Riebl tiene porte, canta bien (en ocasiones recuerda a Suggs de Madness) y es un excelente entertainer. Su presencia es obligatoria.

The Cat Empire comenzó su actuación, rodeando el escenario con una rúa timbalera y la terminó en olor de multitudes. Un triunfo espectacular que no admite respuesta contraria. A gozar. No se priven.

Texto: Barracuda

Fotos: Fernando Ramírez

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