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Vida Festival – Masía D’en Cabanyes, Vilanova i la Geltrú (Barcelona)

Ty Segall

El Vida Festival ha reunido en Vilanova i la Geltrú a 32.000 personas en su décimo aniversario. Y esto es una señal de que el festival, ajeno a las modas y a las masificaciones de la vecina Barcelona, ha sabido mantener fiel a su público, ofreciendo más de un concierto memorable en sus tres jornadas y en los bolos diurnos en La Daurada de artistas como Jet Vesper o Joe Crepúsculo.

En la primera jornada, Matt Maltese ofreció un concierto de pop de cámara en sintonía con el primer Rufus Wainwright. Cannons presentaron un espectáculo plano de synth-pop para fans de bandas sonoras de las series de Netflix, guitarras brillantes y neones de Los Ángeles. El concierto del australiano Vance Joy pecó por momentos de cierta insustancialidad, comparándose entre los presentes con la banda sonora de un mal anuncio estival de Estrella Damm. A pesar de que él tiene una voz bonita y su banda es muy competente, su concierto, que cerró con una versión del “Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight)” de ABBA y con su éxito»Riptide», no destacó.

Matt Maltese

Ty Segall tuvo que comenzar su actuación 10 minutos tarde y con un vacío considerable en el público por un retraso en el concierto de Vance Joy. Se presentó con una formación clásica de rock de bajo, guitarra, batería, teclados y él mismo a la guitarra y repasó prácticamente todo su último disco en una actuación en la que metió en una batidora lo mejor del rock más sucio de los 60s y 70s, garaje, psicodelia y hard rock. Tocó todos los palos posibles de la música para guitarras en un concierto que, a pesar de que es preferible verlo en una sala lo más pequeña posible y sudar mucho, fue el mejor de la primera jornada. Mención especial para esa aproximación a la música de Bolan que es “My Lady´s On Fire” o la versión alargada de “Melted”.

La pianista Clara Peya hizo el emocionante concierto inaugural presentando su álbum ‘Corsé’. Se hizo acompañar de una banda con percusión, sintes y teclados, dos cantantes y varios amigos como Salvador Sobral, Ede o Leo Rizzi. Destacó la participación de Silvia Pérez Cruz quien, acompañada de un coro, recibió la mayor ovación de la primera jornada. Y es que Silvia es una de las mejores voces del panorama estatal, y en la jornada del viernes ofreció un concierto propio en el que repasó su último álbum ‘Toda la vida, un día’. Así, resumió sus shows de casi 3 horas en 70 minutos, mezclando canciones, acortándolas y alargándolas a su antojo, ofreciendo un repertorio impresionante. Un concierto emocionante donde se dieron la mano Morente, Pessoa, folk, flamenco, jazz, Argentina, Perú y Barcelona, entre muchas otras cosas.

Ride

Ferran Palau, que parece haber dejado atrás eso del pop metafísico, presentó su nuevo disco en una actuación que, si bien presentó cambios notables, parece que sigue haciendo la misma música de siempre. Y esto no es per se negativo. Standstill, reunidos después de nueve años jugaban en casa y eso se notó. La voz de Montefusco sigue intacta, la banda sigue siendo la máquina engrasada de siempre, y su post-hardcore con tintes de rock progresivo (¿o es al revés?) sigue plenamente vigente en el 2024. Una banda necesaria que nunca tuvo que marcharse.

Derby Motoreta’s Burrito Kachimba

Ride brillaron especialmente con los temas de sus dos primeros álbumes, como “Leave Them All Behind» o “Vapour Trail”, en un concierto en el que mostraron su shoegaze canónico con altas dosis de nostalgia. La fiesta andaluza vino después con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba y su acercamiento al rock vía Triana, Medina Azahara y Led Zeppelin. La banda sevillana, encabezada por Dandy Piranha, presentó su último álbum ‘Bolsa Amarilla y Piedra Potente’ sin dejar de tocar temas como “El Valle” o “The New Gizz”.

Temples

James Blake ofreció un concierto entre la electrónica y el piano, algo atípico para un festival con alma más bien indie. Repasó todas sus épocas, desde “Limit to Your Love” hasta las recientes “Loading” o “Tell Me”, pasando por una versión de “No Surprises” de Radiohead. A pesar de problemas con el micrófono y la gente hablando, su actuación fue lo que la noche necesitaba. Para finalizar, el cuarteto británico Temples cerró la noche con su rock psicodélico en un bolo en el que entraron en terrenos cada vez más instrumentales e interesantes, hasta finalizar con una sugerente jam. Un concierto genial de estupendas melodías y grandes canciones como “Shelter Song”.

Alice Phoebe Lou

El sábado, Alice Phoebe Lou dio el pistoletazo de salida con un directo espléndido de folk-rock-lo-fi y una voz que gana en vivo. El público estuvo encantado con la actuación de la sudafricana y su banda, quienes se centraron especialmente en los álbumes ‘Glow’ y ‘Shelter’. Los Planetas ofrecieron uno de sus conciertos esenciales, en los que J y Florent se acompañan del bajista Miguel López y del piano de cola de David Montañés. El concierto fue, sin duda, uno de los más especiales de todo el festival, y es que no todos los días se tiene la oportunidad de ver a la banda granadina versionando de esta manera su repertorio. Muestra de ello es el llenazo absoluto del escenario Vaixell. Fue un gran concierto, tanto por la claridad de la voz de J, como por el repertorio escogido (“Si estaba loco por ti”, “El Manantial”, “Islamabad, “David y Claudia”, entre tantas), como por la calidad del sonido.

Los Planetas

Sorprendió mucho Paolo Nutini, pues el cantante escocés ha sabido alejarse de aquel pequeño hit que fue “Candy” y de su primer álbum para ofrecer cosas mucho más interesantes en un repertorio totalmente rockero, por momentos cercano a Springsteen, en el que destacó por encima de todo su tremenda voz. Acompañado por una banda también excelente, Nutini supo traer un el rock para estadios a una pequeña masía del Garraf. Mientras, Pinpilinpussies dieron una lección de actitud rock, energía punk, letras feministas, y mucho pogo. Intercambiaron los instrumentos, las voces y los idiomas en las letras, pasando del castellano, el inglés y el vasco. Su rock crudo y visceral enamoró con su puesta al día de Bikini Kill y The Breeders, a las que telonearán en su concierto de Barcelona.

Pinpilinpussies

Steffen Morrison aportó un toque fresco al festival, transportando al público a lo que sería un concierto de James Brown en pleno siglo XXI. Banda funkie, potente voz soul, rhythm´n´blues y una integración con el público total que alcanzó su cenit en la versión de “Hard To Handle” de Otis Redding. Impresionante. La cantante londinense M.I.A. cerró la noche con el que fue el concierto más lleno del festival. Más que un concierto, aquello fue una fiesta en la que se mezclaron todo tipo de músicas globales con bases hip-hop, dub y proclamas políticas. A pesar de la lluvia, fue un gusto escuchar “Born Free” y “Paper Planes”.

 

Steffen Morrison

Black Lips ofrecieron un concierto de rock guarro, garaje y punk irreverente que gustó a las primeras filas pero no tanto a los oyentes más ocasionales. Su mezcla entre los Royal Trux, The Stooges y ese saxofón no resulta tan novedosa como antes, pues hace ya 13 años de “Arabia Mountain”, sin embargo es una banda que en directo nunca te va a dejar indiferente, así que no dejes de verlos si tocan cerca de ti.

El Vida ya ha confirmado su nuevo concepto artístico “#VidaReborn” y su primer cabeza de cartel: los iconos del britpop Supregrass, quienes revisitarán su álbum debut “I Should Coco” en conmemoración de sus 30 años.

Texto: Alvaro Rebollar Ballestar

Fotos: Marina Tomás Roch

 

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