Desde que surgieron de la escena underground alemana a finales de los 90, Vibravoid han sembrado su camino con una cascada de siete pulgadas, álbumes y EPs grabados tanto en estudio como en directo: un flujo ininterrumpido de vibraciones psicodélicas, remolinos en tecnicolor y jams expandidos.
Esa incesante actividad creativa, unida a la belleza de las portadas y al cuidado gráfico de cada uno de sus lanzamientos, a menudo realizados en ediciones limitadas, con discos de multiple colores y todo tipo de artilugios imaginables (para la reedición de The Politics of Ecstasy en 2018 llegaron a incluir una enorme lava lamp giratoria), ha servido a la banda de Düsseldorf para forjarse un núcleo duro de seguidores repartidos por todo el mundo. Fans que les han seguido tenazmente incluso en el último periodo en el que Vibravoid dispararon seis álbumes en dos años como si fueran ráfagas de ametralladora. Afortunadamente en los últimos doce meses el grupo liderado por Christian Koch ha bajado el ritmo de su increíble producción, debido también al cierre de su sello privado Stoned Karma.
Tras unirse al roster de Tonzonen, Vibravoid ahora vuelven a la carga con un nuevo puñado de composiciones que revelan su lado más soft. «La banda sonora perfecta para la legalización del THC», dice el líder máximo sobre este enésimo LP de la banda, y la descripción no parece fuera de lugar. Empezando por “Get To You” se despliegan cinco episodios envolventes, a veces con ritmos sacudidores (“The End Of The Game”), algunos de los cuales reverberan con la feliz estación del underground británico de principios de los 90, mientras que la segunda cara está enteramente ocupada por la canción que da título al disco, “We Cannot Awake”: veinte minutos de digresiones lisérgicas entre el space rock y la electrónica con una voz muy suave.
Texto: Roberto Calabrò
