Vivos

ContemPOPránea – Baluarte de San Blas (Olivenza)

 

El longevo festival extremeño, más de veinticinco ediciones le contemplan, reunió en esta nueva edición a una variada muestra de veteranas bandas, con la hermandad albaceteña (Surfin’ Bichos, Chucho y Mercromina) como estandarte, junto a valores emergentes, algunos ya reconocidos (Niña Polaca) en amplio y cómodo recinto del Baluarte de San Blas oliventino.

 

El viernes comenzó con Jordana B y su enérgica propuesta de pop urbano costumbrista y pegadizo de letras reivindicativas. La banda encabezada por María Solá solventó la dificultad del horario con desparpajo y ánimo… que contagió a la actuación de Melenas, que aún en horario recalentado ofreció un variado repertorio que comenzó en su versión más pop para avanzar por sonidos  menos sencillos y oscuros con el sintetizador y las baterías como protagonistas junto a guitarras reverberadas. Mejor en estas frecuencias, y como no… en «Osa Polar» la versión de «Eisbaer de la ochentera banda de culto suiza Grauzone.

Algo similar ocurrió con Mercromina que paradójicamente  brilló más en la oscuridad de canciones como «El libro de oro de la congelación» de su disco mas kraut Bingo que en la previsibilidad  de la intimidad pop de la esperada y aclamada «En un mundo tan pequeño’ por ejemplo. Derrocharon intensidad, sobre todo a la hora de ensamblar el sonido de teclados y guitarras. Joaquín Pascual, Carlos Cuevas y José Manuel Mora, repitieron en la siguiente actuación, a los que se unió Fernando Alfaro para presentar a los icónicos Surfin’ Bichos que se abrazaron lógicamente a su irresistible repertorio clásico, un viaje generacional con retorno en un par de canciones del aún reciente Mas allá de la que recuperaron la inevitable «Máquina que no para’ y la menos esperada «Señales» como muestra de un repertorio que viró entre las tormentas sonoras de «¿Qué clase de animal? » o «Rifle de repetición» junto a las calmas tensas e íntimas de «El final de una quimera» u «Oración del desierto’, para finalizar… previo «Efervescente’ con Lea Leone (Natalia Alfaro León) en el escenario en pronosticable pero necesaria catarsis colectiva con «Gente abollada’ y «Fuerte’

La noche avanzaba entre propuestas maduras y tintes oscuros con la despedida de El Columpio Asesino que en este caso y en contra de lo comentado antes, sonaron mejor en su versión más cañera festiva, que en los laberínticos desarrollos de sus últimos trabajos. La arrolladora fuerza melódica de viejas y canciones en el filo,  como «Ye ye ye», «Perlas» e incluso el hartazgo de un «Toro» que sonó a gloria, se impusieron al trote electrónico y sintetizado con discurso interior de «Lombriz de tu cuello» o «Ballenas muertas en San Sebastián» aunque funcionaron como impías emotivo en un repertorio que miró a las diferentes etapas de la banda. Relevo generacional y antagónico sonido el de Niña Polaca que alborotaron al personal más… y menos joven con su generacional rock bailable de ratonero guitarreo, que unido a sus costumbristas e irónicas letras de aire canalla y jovial encendieron a un público en plena efervescencias festivalero-nocturna.

La última propuesta en cuanto a banda de largo recorrido, fue la de Los Punsetes que sin más sorpresas ni falta que les hace, dispararon por boca de la sempiterna inamovible Ariadna Paniagua, sus divertidas diatribas sociales «Opinión de mierda’, no exentas de inteligente ironía «Mabuse», mala baba «España corazones» y castiza diversión «Que le den por culo a tus amigos»… y devoción por las guitarras. Infalibles una vez más por mucho que los hayas visto y no es fácil mantener el tipo tantos años sin apenas cambios. Nadie se movió del recinto hasta que se fueron, para dejar sólo ante unos cuantos verdaderos “indies”, como alguien comentó, a Vosotras Veréis con la difícil papeleta de continuar con el desenfreno, objetivo que cumplieron con creces con su punk-pop de guitarras y estribillos pegadizos.

La segunda jornada comienza con un plato fuerte a pleno sol. Demasiado temprano para escuchar a Chucho, con un buen número de seguidores ya esperando en la linde que separaba la sombra del sol. Curiosamente el proyecto de Fernando Alfaro posterior a  Surfin’ Bichos generó más expectación que el primigenio, y aunque no acompañara la hora, el imbatible repertorio centrado sobre todo en el vigesimoquinto aniversario de Tejido de Felicidad (1999): ‘Revolución’, ‘Cirujano Patafísico’ o ‘ Magic’ y ‘Perruzo’ en un ruidoso hardcore final de concierto  y 78 (1996): ‘Cerca del animal’, ‘El Detonador EMX-3’o ‘Un Ángel Turbio’ con Lea Leone, como hiciera la noche anterior, en el escenario haciendo coros. Intensa actuación que mereció más tiempo y mejor horario.

Sr Chinarro

A las canciones  Sr Chinarro en cambio, les sentaron  mejor el declinar de la tarde. Antonio Luque con diecinueve referencias a sus espaldas y siempre mirando al presente,  con algún viso de futuro, el justo o más bien poco en el pasado y nulo en la prehistoria mostró un repertorio basado en títulos según la línea temporal comentada: últimos discos: «Exvoto» o «V de Victoria» pasado intermedio: «El Rayo Verde», «Los Ángeles», «Tímidos», «Del montón» o «Babieca» y nuevas canciones: «El Muelle1». Irónico y genial, como casi siempre, mostró su mejor cara y embaucó además de con su cancionero con sus ingeniosos y ácidos comentarios.

Lo de Sidonie es un caso aparte, siguen disfrutando del escenario como el primer día aún cuando ya van cayendo los años, se divierten y contagian su alegría con su actitud festiva y cómo no, con su canciones. Saben cómo llevar en volandas a su público (en primera fila muchos padres con hijos… ¡y estos últimos se sabían las letras! Triunfaron  una vez más en el momento álgido de la noche y con el festival a sus pies rendidos a himnos como: «Me llamo ABBA», «Fascinado», «El peor grupo del mundo», «Carreteras Infinitas», «El Incendio» y un final de traca con «Estáis aquí» y la aparición de Rocío Sanz a pecho descubierto… y aún les dio tiempo a sacar el sitar un rato

Nada Surf

El aporte internacional corrió a cargo de Nada Surf que ofreció una actuación emocionante que repasó buena parte de su discografía con atención a sus primeros discos sonando «Popular» e «Inside Love» ya de inicio, «Hyperspace», «Blizzard of ‘77», «Blonde on blonde»… con la siempre simpática y agradecida banda guitarreando con Daniel Lorca como maestro de ceremonias. Excitante y efectivo aunque corto concierto con el que muchos decidieron poner fin a una noche que continuó con el festín guitarreo de las nuevas bandas emergentes.

La Paloma acompañados al bajo por la ex Hinds, Ade Martín, ahora en Shanghai Baby, alborotaron al público resistente  con buena dosis de guitarras e himnos generacionales como el adelanto de su nuevo trabajo «La Edad Que Tengo», lo mismo que  Karavana con su hedonista y psicotrópica proclama «¿Quién Quiere Más? » y Mujeres con sus cada vez más urgentes y rabiosas guitarras, que sonaron veloces y aceleradas…  para llegar al final en el que Rocío Sanz, con poco tiempo, acabó de incendiar a los pocos que quedaban con su desparpajo y energía, en una actuación en la que se movió más entre el público que en el escenario. Un torbellino con el que se cerró la edición.

 

Texto: Cancho

Fotos: Robbie Ramone (Chucho, Sr Chinaro, Sidonie y Nada Surf)

@ccascara (Mercromina, Surfin’ Bichos, El Columpio Asesino y Los Punsetes)

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda