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Curtis Harding – Razzmatazz 2 (Barcelona) / 16 Toneladas (Valencia)

 

 Buena y sorpresiva afluencia de público (tratándose de un vacacional domingo de agosto) para esta nueva visita de uno los más recomendables adalides del soul contemporáneo. Aunque también es cierto que tratar a Curtis Harding solamente como artista soul, es sólo otear la punta del iceberg.

Con una puntualidad encomiable la banda con una introducción bastante floydiana salió al escenario y al poco ya teníamos en el escenario al de Michigan, que salió a ofrecernos música en estado puro. Lejos de aspavientos físicos y eucarísticos Curtis Harding se puso el mono vintage de trabajo y estuvo absolutamente pendiente de que a nivel musical todo funcionará de maravilla. Un sonido de lujo y una banda de campanillas consiguieron que esta velada fuera casi hipnótica, el resto lo consiguió ese repertorio labrado a través de tres álbumes de estudio. Una colección de canciones que la mayoría del entregadísimo público conocía al dedillo. Todos los recovecos que caracterizan la obra de Curtis estuvieron presentes y trabajados de forma exquisita, soul, funk, rock, toques psiocdélicos…

De hecho «The One» o «Dream Girl» no desentonarían nada en el repertorio de Tame Impala. También hubieron los momentos más marchosos o bailables, y es que pocos pudimos resistirnos a las cadencias funk suave de «On And On» o la muy coreada «I Won’t Let You Down». Así con apenas pausas entre canción y canción se fue encarando la recta final con las enérgicas y esperadas «Need Your Love» y «Next Time». El público ante tal tormenta musical se resistía a que la cosa se acabara, y el ya inevitable final llegó con la deliciosa, tarareable y pelín hip hop «Hopeful» Curtis Harding nos trajo nada más y nada menos que una velada estrictamente musical.

Alguna voz hubo de que su presencia escénica quizás no fuera todo lo espectacular que algunos quisieran. Cierto es que además de cantar toca la guitarra en varias de las canciones, y también hay que reconocerle que cuando se soltaba aportaba un buen flow y sus dosis de carisma, pero la impresión que dio es que estaba tan concentrado en interactuar con su banda y de que todo sonara en su sitio, que no quiso ni tuvo tiempo para otra cosa que no fuera su música. Por mi parte ninguna pega, recital de buen gusto musical incontestable.

Texto: Xavi Martínez

Fotos BCN: Marina Tomás Roch

 

Curtis Harding + Amanda Bjorn – 16 Toneladas

Amanda Bjorn telonera de Harding en esta ocasión y absolutamente desconocida para mí, de hecho no tiene nada publicado en formato físico, fue más que una agradable sorpresa. Su voz y el acompañamiento de un guitarrista conjuraron una revisión de sonido yacht rock de las tórridas baladas del “soul de ojos azules” de Hall & Oates, algo de Everything But The Girl, incluso Laura Nyro, todo ello ribeteado por una guitarra de puro sonido ochentas. Lo minimal de su propuesta fue imponiéndose canción a canción ante un público atento.

Del revivalismo soul, Harding integra varios de esos momentos liminales en la historia de la música negra, el paso del soul al funk, y de este al disco. Siempre desde una perspectiva que aún siendo de Michigan, es sobre todo sureña, y eso ir conociendo todos los pasos de baile que hay desde Miami a Memphis. Desde Al Green a George McCrae.

Falsete, ritmos muchas veces relajados y que parecen ir por detrás de la voz y resto de instrumentos. Así justo arrancó con “Keep On Shining”, “The Drive” y “Need My Baby” una triada de sus dos primeros álbumes Soul Power y Face Of Fear.

Un Curtis Harding relajado, de falsete impecable que sin aparente esfuerzo desplegó todo un caleidoscopio de sonidos que cruzaban las fronteras de los sonidos afroamericanos, de un músico de soul donde la sombra del rap como camino de aprendizaje se nota presente, aunque no rapee y esto solo sea obvio en “Hopeful”, con la que cerró el concierto. Pero también evidente en los arreglos de teclado y sintetizador, muy influenciados por Bernie Worrell de Funkadelic, en temas que sonaron como “Face Your Fear” y “Can’t Hide it”.

Su recorrido por un generoso setlist, casi dos horas estuvo sobre el escenario, siguió desde un “I Won’t Let You Down” que podría pasar por un Teddy Pendergrass sin acceso a las salas de casinos de Las Vegas, un “Need Your Love” que acentuaba cada golpe, elegante y exuberante sin necesidad de desplegar una orquesta ni espectáculo, solo música. Fue un concierto excelso, y también un tipo de propuesta que por España no es habitual, no me refiero a las visitas de Harding, sino a un sonido que no es el estricto revival soul que suele ser protagonista cuando se programan artistas de este tipo. Por amplitud de miras, y aunque este esté siempre con el retrovisor y el detector de metales siempre listo, descubrir una asignatura pendiente que es la música afroamericana más allá de la década de los 60 y comienzos de los 70, y de las que a lo mejor tus padres aún guarda joyas en su discoteca particular.  

 

 Texto: Iván López Navarro

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