¿Mejor disco desde Perfect Strangers? Cuarenta años entre ambos, toda una carrera junto a Steve Morse, más de una decena de álbumes en el medio, la mayoría en la zona noble.
El gran pilar aquí es Simon McBride, al que ya conocíamos por su trabajo en la orquesta de Don Airey y su álbum solista The Fighter. Steve Morse fue un notorio soporte, americano, jazzistico y con tendencia a lo etéreo. McBride es canónico, norirlandés, hombre de blues, y muy carnal. Pocas veces se recuerdan ingresos tan predeterminados y redondos. Sus diálogos guitarra-teclados con Airey son telepáticos, y su sinergia con Ian Gillan es crucial, el otro gran triunfador de =1. Me encanta oírlo en gran forma, maestro de la confusión en letras brillantes, varias de ellas hablando de sexo a sus casi ochenta años («Show Me», «A Bit On The Side», «Now You’re Talkin’») o la onírica «Portable Door», con su aire a «Pictures Of Home». Tenía fe inicial esta encarnación, pero =1 superó todas mis expectativas. El álbum de Purple que más he escuchado de forma repetida en décadas. Aún queda gasolina púrpura en el tanque.
Texto: Daniel Renna
