Reservation Dogs es una serie, ya finalizada, que ha estado fuera del radar del gran público y de la consideración de los grandes premios televisivos, pero que desde su estreno ha ido generando un notable consenso en la crítica y en los paladares más refinados: estamos ante una de las mejores producciones – si no la mejor – de los últimos tiempos.
Ambientada en una reserva de indios navajos en Oklahoma y concebida y llevada a cabo casi íntegramente por descendientes de pueblos originarios – con la excepción de Taika Waititi —, va más allá, mucho más allá de una comedia coming of age, naturalista aunque ribeteada por toques surrealistas a la que parecen apuntar sus primeros episodios: cuatro adolescentes que, para honrar la memoria del amigo fallecido, se proponen escapar de la reserva y llegar hasta California.
La peripecia en sí acabará siendo secundaria incluso ya en la primera temporada, y una vez logrado su propósito al final de la segunda, la serie va a levantar todavía más el vuelo con una libertad pocas veces vista, en una tercera temporada que además ilustra la vida actual – con un par de referencias al pasado – de las comunidades indígenas norteamericanas con humor y emoción.
Es de justicia resaltar el trabajo del puñado de actores jóvenes que dan vida a esos reservation dogs, primero un cuarteto, a quien más tarde se añadirá una componente de una banda antagonista y en el tramo final, todos ellos. Pero también es justo añadir que el trabajo de casting es extraordinario y así se incorporan actores y actrices indígenas veteranos – Zahn McClarnon, Wes Studi o Gary Farmer, entre otros – y también emergentes como Amber Midthunder – vista en La Presa o en la serie Legión – o Lily Gladstone, la protagonista de Los Asesinos de la Luna.
Y ya por último, y dadas las características de esta publicación, no podemos tampoco dejar de señalar la excelente – y ecléctica —selección musical: a la semana de su publicación ya se podía escuchar el “Angry” de The Rolling Stones, pero también se puede escuchar a The Stooges, Thin Lizzy, Beat Happening, Tom Petty, Wanda Jackson o Spacemen 3, por poner unos pocos ejemplos. Un buen ejemplo: una subida de ácido en un episodio ambientado en los años setenta se acompaña con <<Cheree>> de Suicide y <<You’re Gonna Miss Me>> de 13th Floor Elevators. Love you bitches…
Cristóbal Cuenca
