La misma formación surgida en los aledaños de la década de los noventa mantiene todavía en plena circulación, más de treinta años después, ese puente tendido entre el llamado rock alternativo y la reformulación del sonido americano clásico. Un trazado llamado a anexionar ambas orillas y que el paso del tiempo ha escorado paulatinamente hacia un terreno de mayor relajo, donde las armonías y los juegos vocales adoptan un papel protagonista. Porque envites de descarnada electricidad, como la áspera nostalgia de «Come Closer», son la cuota de excepcionalidad para un listado de temas, entre los que lucen la intimista ambientación campestre de «Our Poverty» o el ágil power-pop de «New Girl Singing», que se sienten especialmente cómodos cuando son enunciados por riffs construidos por esa cálida melancolía esgrimida tanto por The Byrds, Big Star o The Jayhawks. Todo un sobresaliente ejercicio de veterana aceptación dirigido a ensalzar el poder melódico de las canciones.
KEPA ARBIZU
