Si un artista de la envergadura de Bernard Butler te escribe, al acabar la actuación y de su puño y letra, todas las canciones que ha tocado, ya es para hacerle un monumento. No sé si enmarcaré la hoja escrita (fotografiada por todos los fans), pero seguro que la guardaré como un imponente recuerdo de una velada inolvidable.
Al guitarrista londinense no le hacía falta exhibir su valía ni como compositor ni intérprete, no obstante, después de 25 años sin grabar un disco en solitario, se ha atrevido a componer “Good Gried” (355 Recordings, 2024), un elegante álbum que quiere alejarse de lo concebido en los 90, según confiesa él mismo. En ese largo intervalo, han cambiado multitud de cosas.
El ex Suede (baldía información) ha salido de gira para mostrar alguna de sus últimas composiciones (tímidamente, cantó sólo tres) y repasar, tan solo con una guitarra acústica y otra eléctrica, lo más granado de su cancionero. El Centre Artesà Tradicionàrius, sito en el barrio de Gràcia, fue el lugar escogido para cerrar el periplo español que ha constado de cuatro funciones: A Coruña, Madrid, Zaragoza y Barcelona, esta incluida en el Festival Mil-leni, que cumplía su 26 edición.
Al bonachón (dicho con todo el respeto y cariño) no se le puede considerar un buen cantante, en el sentido más ortodoxo de la palabra. Tampoco lo eran Gato Pérez, ni lo es el arisco señor Dylan, pueden aumentar la lista hasta el infinito. De todas maneras, esta especie de dogma, lo podemos echar a la basura cuando la emoción vence al integrismo. Cada uno de los citados, destroza convencionalismos gracias a su enorme talento y a su modo de llegar a la elevación. Butler lo consigue creando con sus seis cuerdas.
Parlanchín y jocoso, nuestro protagonista comenzó interpretando “Souvenir”, “My domain” y “People move on”, tres piezas del siglo pasado dónde la acústica sonó con una fuerza inusitada: el intimismo entregado al nervio. Con estas descargas quedó bien claro que el señor que teníamos enfrente era un superdotado utilizando las manos. Pero cuando cogió la eléctrica y tocó “Stay”, el concierto cambió de dimensión. No fue necesario acudir a exhibiciones inútiles y baratas, sus solos se nutrieron de personalidad, pericia y fuego. Tampoco importó cruzar las novedosas “Deep emotions” y la preciosa “Camber sands” con “Altough” (McAlmont en la coautoría) o 20 years a-growing y Shallow the water (los dos temas concebidos junto a Jessi Buckley en 2022), el resultado siempre acabó siendo el mismo: delicioso. Si alguien quería escuchar a Suede no era el momento adecuado, aunque esos solos magistrales sirvieron para satisfacer a los adoradores de la mítica banda de britpop.
4-10-2024
FOTO: MARINA TOMAS ROCH
Bernard Butler dejó patente que, en estos momentos de su carrera, prefiere las pequeñas salas que los estadios y que su estilo quiere aproximarse a las sutilezas de Neil Diamond o del eterno Robert Allen Zimmerman, “Not alone” (canción de cierre) disipó cualquier duda que pudiera existir.
También se mostró entusiasmado por su estancia en España (la buena comida hace milagros), aunque tenía ganas de volver a su tierra para abrazar a su perro. No le privaremos de este placer, pero esperamos que vuelva pronto y no tarde tanto tiempo en grabar otro disco. La sensibilidad musical le necesita.
Texto: Barracuda
Fotos: Marina Tomás Roch
