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The Flying Rebollos – Santana 27 (Bilbao)

 

No ha sido un concierto, no. Lo de The Flying Rebollos en la sala Santana no se ciñe a la liturgia habitual de bolo de sábado noche. Fue más, fue un volver a épocas guardadas con mucho cariño en la cabeza y corazón de mucha gente. Recuerdos del comenzar musical, recuerdos de camaradería y recuerdos de calles que ya no son las mismas aunque lo aparenten.

Tras un cuarto de siglo aproximadamente, el grupo portugalujo ha vuelto a la acción, en plena forma y con la energía que da el querer retomar algo que te ha hecho feliz y ha forjado quién eres ahora. Y es que nada salió mal. Tras un bolo de prueba en el Txiberri de Urduliz, para ir ensamblando y probándose, tocaba esa “puesta de largo” ante un público talludito, compuesto por incondicionales de la banda, gente deseosa de revivir en directo esas canciones de los dos discos de la banda que tanto sonaron por aquel entonces y que disfrutó de lo lindo.

Ya con los primeros acordes de “Verano de perros” se vio que todo iba a estar bien. Y lo estuvo, buen sonido (más por el centro de la sala que en los laterales) y actitud. Es complicado destacar canciones porque cada uno tiene una lista que te toca la fibra. Interpretaron los dos discos al completo (los diez temas de cada uno, “Verano de perros” y “Esto huele a pasta”) junto a uno más, “Lola”, en el que estuvo presente con la guitarra acústica un veterano como Iñaki “Milindris”. Un aspecto que hizo aumentar la nostalgia más si cabe fue la participación como invitado especial durante una parte del set del batería original  Xabier Arretxe, “Polako”, actualmente manager de bandas como Fito y Fitipaldis, Los Zigarros o Morgan entre muchos otros. Rebollo una vez, Rebollo para siempre.

 

¿Qué nos pareció lo más intenso? “Sinvergüenza”, el Boogie de “Vete”, “Mis amigos” (esas reminiscencias colegueras nunca se olvidan), “Nadie va a hacer nada por ti”, las guitarras desencadenadas en “Verano del 82”, y cómo no, la coreadísima “Cuatro acordes”. “Candela” dio paso también a “En el bar” (no sé por qué pero me viene a la cabeza Ilegales con este tema) y la stoniana “Follacamellos” para finalizar.

Claro, todo sabemos que el bis siempre va a aparecer, y más en esta ocasión. Tres temas, “Perseguido”, “Un ápice de tu verdad” y otro hit, “Modesta” para acabar una actuación plena de buen rollo, cordialidad y convencimiento de que hay retornos que no son otra cosa más que la expresión de una necesidad popular. El outro con “I´m gonna be (500 miles)” de The Proclaimers fue perfecto. Ellos van a  ser los hombres que recorran más de 500 millas pero para seguir demostrando que defender el Rock´n´Roll en estos tiempos es una misión sagrada como aquella pareja de hermanos que no hace falta citar.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

 

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