El de Michigan es un viejo conocido de nuestros escenarios, ha girado en solitario y con su banda, en salas, clubes y festivales y nunca ha dejado a nadie indiferente. Su propuesta insufla aire fresco al género, a base de mezclarlo con soul, rock, ritmo y blues, góspel, folk… Vamos, lo aprendido en esos quince años en que vivió en Nueva Orleans, contagiándose de la fusión musical que flota en el aire de la ciudad de Luisiana.
Se curtió tocando en sus calles y clubes, allí fue donde su camino se cruzó con el de Roberto Luti, toscano con las manos empapadas del barro del Mississippi. Un tipo que saca de su slide el más puro sabor del Delta. Y el resto ya es historia, un buen puñado de álbumes y centenares de actuaciones en Europa y EE. UU.
Su nuevo trabajo, Flash-A-Magic, que además supone su vuelta a Bloodshot Records, sello que apostó por él en sus comienzos, no es más que la confirmación del momento dulce que atraviesa como compositor, intérprete y cantante. Junto a I’m Glad Trouble Don’t Last Always (2016), Blue Mesa (2018) y If These Walls Could Talk (2022) da forma a un póker que se encuentra entre lo mejor del género editado en los últimos años. La hoja promocional de este último lanzamiento habla de una obra de orfebrería, de un viaje por el legado de la tradición musical norteamericana, y la descripción no puede ser más acertada, ya que Luke y sus chicos tocan varios de los palos que atesora el vasto horizonte de la misma.
Hay rock de pulso funk en el número de apertura, una dinámica «Everywhere You Go There You Are», con el órgano del Reverendo Charles Hodges aportando sabiduría, blues puro y duro con la slide de Luti marcando territorio, «Peaches», «Ave (Steel Rail Angel» y «Best Be Leavin», ritmos que recuerdan a las coloridas calles de la Big Easy en el tema que da título al disco, «If I Were You» es un medio tiempo cocinado a fuego lento, que va subiendo de intensidad hasta estallar en un final de guitarras desbocadas.
«Black Eyed Gypsy» y «How Could If Forget» son los momentos en que el folk y el soul afloran, temas preciosistas, luminosos, de cuidadas melodías, donde la voz de Winslow se erige en protagonista absoluta sobre el sutil fondo instrumental que tejen sus acompañantes. Los minutos finales llevan la marca del góspel, «Good Morning» se balancea, delicada, con las cuerdas vocales de los Sensational Barnes Brothers secundando el suave fraseo de Luke.
Otro excelente álbum que presenta estos días en una extensa gira europea que, como de costumbre, tiene numerosas citas en la piel de toro.
Antonio Aguilar
Luke winslow King & Band
11 octubre en Madrid, Clamores
12 octubre en Valencia, Loco Club
13 octubre en Barcelona, Upload
15 octubre en Sevilla, Sala X
16 octubre en Béjar, La Alquitara
17 octubre en Santander, Escenario Santander
18 octubre en Avilés, Factoría
19 octubre en Segovia, WIC
20 octubre en Logroño, Stereo
Les vi en directo hace un año y destilan clase y buen hacer.