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WOP Festival – Santana 27 (Bilbao)

 

The Last Internationale

Hay iniciativas a las que no se puede decir que no. El WOP Festival está organizado por la Fundación The Walk On Project, que desarrolla diferentes líneas de actividades con el propósito de acabar con las enfermedades neurodegenerativas. Y la música es una de ellas. En Bilbao son famosos por la “estropatada” o carrera de patos de goma en la ría, con un fin totalmente solidario. Pero lo que nos ocupa y preocupa aquí siempre es la música. Y de eso siempre presume el WOP.

Cuatro bandas tocaron, quizás en una sala demasiado grande para unas expectativas que no acabaron siendo realidad. Mucho hueco que se hubiera podido haber evitado en otro local más acorde a un buen cartel pero sin tanto tirón como para llenar Santana, no sabemos de las planificaciones y calendarios de cada sala, así que habrá que imaginar que se hizo lo que se puedo en unas semanas cargadas de compromisos musicales por la Villa.

Amann & The Wayward Sons

Pero vamos al lío tras las disquisiciones previas. Abrieron la banda bilbaína Amann and the Wayward Sons, que están en la recta final de “When The Day Goes Slow Tour 2024”, del que sonaron seis temas de su cuarto álbum, el que da nombre a la gira. Una pena que no tuvieran tanto público como merecen, pues tras los acordes de la intro (sonaban The Allman Brothers, declaración clara de intenciones) la música fluyó serena y poderosa. ¿Con qué nos quedamos? Con la crepuscular “Filthy train”, con los teclados y el ritmo de “My freedom” y con la canción que cerró su actuación, “Lies”, un cierre perfecto para una actuación elegante, con un sonido limpio y con tantos matices que hacen que este grupo apunte alto.

Acto seguido llegaba el turno de Mikel Rentería & The Walk On Project  Band. Alma mater de este proyecto, Mikel Rentería y su grupo volvieron a emocionar al personal porque lo suyo nace del corazón y con muchas razones para ello.  “La función vuelve a empezar”, “Walking on the sun”, “El coche del viento” o “13 de Octubre” son unas canciones que hablan al corazón de una manera especial.

Mikel Rentería & The WOP Band

Y había ganas de ver a Los Estanques, el grupo cántabro afincado en Madrid que está facturando un Pop progresivo que mezcla todo lo que puede, una batidora de sonidos que ni siquiera ellos son capaces de definir. Su psicodelia no es algo claramente definido, porque como ellos dicen, Los Estanques sólo siguen unas reglas: las suyas. Y así le dieron grasa al invento. La camiseta de pega del Athletic Club de su cantante, teclista y guitarrista Iñigo Bregel (joder, sin escudo no nos lo creemos, pero sabemos que os han chivado que el guiño entra bien  por estos lares) no eclipsaba al vestido femenino de su barbudo guitarrista Germán Herrero. Y a lo suyo, por momentos raro de cojones, en otros nos ponían tensos como un zorro del desierto, atentos a lo que iba sonando de una manera tan anárquica como estudiada. “Mr. Clark”, el hit “Soy español pero tengo un kebab” (no sonó tan desquiciado como esperábamos) y un final con trazas de jam fueron lo mejor. Muy acertadamente una melómana de postín nos comentaba que sólo faltaba Jim Morrison con sus pantalones de cuero, porque el espíritu de Ray Manzarek sobrevoló la sala en ese gran final de concierto.

Los Estanques

Y para el final lo mejor. Porque su trayectoria, avalada por Tom Morello (RATM) deja claro que el dúo formado por Delila Paz y Edgey Pires rockean fuerte y no se quedan atrás en reivindicaciones importantes, las de ellos más políticas pero quién dice que las buenas causas no pueden ir juntas aunque sean diferentes. Acompañados por un baterista y un bajista de gira, el dúo echa chispas según pisa el escenario. Y, joder, van a tope porque empezar con el “Kick out the Jams” de MC5 es para tenerlo claro. Que su sonido evoca a Rage Against The Machine no es ningún secreto, con el guitarrista emulado los sonidos de Morello continuamente, pero eso gusta, ¿no?

Pero aparte de la fiereza reivindicativa con temas como “Mind ain´t free”, “Wanted man”, aquí con Delila recuperando su rol de bajista, o “Hard times”, hubo momentos de calma. La acústica “Master of War”, “Running for a dream” (Delila a los teclados sola) o “Soul on fire”, cantando con una espectadora un tema de Nina Simone, también fueron momentos de alzar el puño izquierdo con esperanza. Y para acabar, tarta de cumpleaños para Edgey, felicitado a coro por el público y si hay que felicitar a alguien más es a la gente de Walk On Project. Seguid así, lo que hacéis siempre estará bien hecho porque os sale del corazón.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

 

 

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